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Description

Datos básicos del residente

Nombre completo: Maki Wood
Género: Masculino.
Edad: 36
Altura: 1.96
Ocupación: Panadero/Repostero
Distrito: Hartoffer.
Datos personales del residente
Personalidad:

Activo/dedicado/práctico/amable/callado/terco
Historia:

Oriundo de una familia humilde y siendo el mayor de tres hermanos, Maki Wood no tuvo una vida sencilla.
Con una madre enferma desde sus 13 años, un padre alcohólico y dos hermanos pequeños, el joven oso pasó gran parte de su infancia y adolescencia buscando encontrar un balance entre su vida escolar y la vida en casa.

Con el paso del tiempo la vida se Maki se hacía cada vez más difícil, pues la enfermedad de su madre un día terminó por dejarla postrada en cama, imposibilitándole el poder atender las necesidades de los pequeños e incluso del hogar, siendo Maki la persona que tomó aquella responsabilidad por cuenta propia, pues no iba a dejar que sus hermanos o madre pasasen por dificultades, no más de las que debían a causa del intento de padre que tenían.

Hasta que aquel triste día, pasó.

Unos meses luego de haberse graduado de su último año escolar, aquella fatídica enfermedad terminó por llevársela al fin, dejando a su familia completamente devastada y, si desde su infancia el padre de Maki no había sido el mejor ejemplo, con la pérdida de su esposa terminó por ausentarse mucho más en casa, mostrando el nulo interés por sus hijos y como la depresión lo iba consumiendo las veces que se dignaba a volver, siempre por la madrugada, apestando a alcohol e insultando a quien se le cruzara.

Obviamente, la idea de una universidad estaba completamente fuera de los planes del oso. Siendo casi el principal sostenedor de la familia, terminó resignándose y a aceptar que su vida estaría al cuidado de sus hermanos pequeños hasta que fueran mayores, buscando un trabajo de medio tiempo para no depender totalmente de los ingresos del progenitor, y teniendo incontables discusiones con él al respecto al cuidado de la familia.

Los meses pasaron y, como si de un milagro se tratase, una inesperada propuesta fue puesta en mesa.

"A su madre siempre le gustaron los paseos en playa, deberíamos ir algún día de estos, ¿No creen? Han sido tiempos difíciles, pero creo que podemos empezar de nuevo." Dijo el hombre, en esos particulares días en donde parecía estar sobrio.

Tanto Maki como los pequeños se sorprendieron, pero estos últimos no tardaron en aceptar aquella propuesta. ¿Cómo no iban a alegrarse, si su padre les estaba dando la posibilidad de pasar más tiempo en familia?

Sin embargo, el oso mayor pareció reacio al principio...Claro que un viaje a la playa estaría bien, pero conocía a su padre, y temía que éste ilusionara a sus hermanos para luego salir a última hora a decir que tenía asuntos más importantes que hacer, o hacer un repentino cambio de planes e ilusionarlos a todos para nada, no obstante, los pequeños ya se encontraban inquietos, y al negarse sería él quien esté rompiendo la posibilidad de empezar de nuevo...¿Quién sabe? Quizás era para mejor, quizás luego de todo ese tiempo, algo podría cambiar.

"Papá era bueno para disimular cuando se lo proponía, tarde me di cuenta de ello, cuando el vehículo yacía volcado en medio de la carretera, el dolor en mi cuerpo era adormecedor y las gotas de sangre escurrían por los vidrios rotos."

La estadía en el hospital fue relativamente larga, lo suficiente para poder digerir una buena parte de lo que había sucedido.

Estaba solo.

Nuevamente, Maki tuvo que aprender a adaptarse a las difíciles circunstancias. Con un trabajo mal pagado pero lo suficientemente bueno como para darle de comer, mantuvo algunos años aquel estilo de vida monótono. El accidente lo perjudicó varios niveles de forma emocional, haciéndosele difícil el vivir de una vida grata, y como no, si lo había perdido todo, pero...

Una tarde a sus 22 años, ordenando algunas cosas en la habitación de sus padres, notó un pequeño baúl secreto en el lado de la cama de su madre. Al abrirlo múltiples cartas fueron reveladas, cada una con el nombre de sus hijos, incluso una para el esposo.

Maki quedó sorprendido, y obviamente se apresuró a leer la propia.
En dichos escritos habían palabras de amor sin fin, disculpas por el estilo de vida que tuvo que haber pasado y muchos agradecimientos y deseos de felicidad. Maki estaba leyendo las últimas palabras de su madre, y mientras más leía, algo dentro de él empezó a hacer...Sentido?

Se percató al fin.
Estaba solo, sí, pero también era...Libre.

No lo malinterpreten, no hubo día en donde el oso no sintiera pesar por la desgracia, sin embargo ya no tenía ningún tipo de responsabilidad con nadie.

Era libre. Por primera vez su vida le pertenecía a él, y fue algo de lo que no quiso darse cuenta por la culpabilidad y melancolía que le traía el siquiera pensarlo, pero ahí estaba. De rodillas frente a la cama de su madre, con carta en mano y completamente independiente de hacer lo que quisiera y pudiera hacer.

Y así lo hizo. Inspirado por las palabras de su madre, decidió empezar a vivir por sí mismo.
Abandonó su trabajo y con ello también su antiguo hogar, empacó todo y se lanzó al mundo para hacer su propio comienzo, su "borrón y cuenta nueva." Maki recorrió varios lugares por años sin saber exactamente que buscaba, pero disfrutando cada día lejos de casa.

Todo en su vida era un constante cambio, pero habían dos cosas en él que jamás cambiaban.
Su vocación por los postres y trabajar la harina, siendo una total ventaja a la hora de encontrar trabajo en cualquier lugar. Panaderías, cafeterías, reposterías...Todo lo que implicara mantenerse en la cocina. Tenía una habilidad innata, pulida gracias a su madre y los años cuidando de sus hermanos en los que siempre buscaba inventar algo nuevo, queriendo alegrarles la hora de la comida ya sea con algún postre delicioso y llamativo, o algún sabor especial para el desayuno y la cena. Eso, y su enorme y gran paciencia.

Aunque su rostro luzca como alguien poco amistoso, la verdad es totalmente lo opuesto. Maki siempre estará dispuesto a escuchar y ayudar a quienes quieran acercarse, y aunque aún tenga problemas para relacionarse, con un poco de empeño está seguro de poder iniciar nuevamente en Zouen.
¿Quién sabe? Quizás decida hacer de éste lugar un hogar definitivo.

Gustos:
-Cualquier postre dulce.
-Comer miel a cucharadas.
-La idea de tener hijos alguna vez.
-La gente que siempre tiene algo que decir.
-Escuchar historias
-Mimitos detrás de las orejas
-que le rasquen los hombritos y espalda(?

Disgustos:

-El alcohol.
-Gente DEMASIADO ruidosa. (Aunque los tolera, pero prefiere no relacionarse demasiado)
-Gente floja
-Que lo obliguen a hablar de cosas que no quiere.
-Cualquier tipo de violencia física (Aunque no dudará en defenderse con garras y dientes si la cosa pasa a mayores)
-Gente demasiado hostigosa.

Extras:

Es algo mañoso con el contacto físico, sus dificultades sociales lo vuelven alguien levemente tímido, por lo que no le molesta que busquen contatcto con él, pero estando consciente de su presencia y la mala cara permanente, se reserva el primer acercamiento.

Si algo o alguien le interesa, preguntará más al respecto y puede que te obsequie una pequeña muestra de su trabajo.

Es raro verlo sonreír, pero si pasa, pidan un deseo(?

eS heTERO. O al menos eso intento. Todos mis monos chinos terminan tarde o temprano, o volteados o bicuriosos(?
pero nnnnnnnnno cerraré al 100% el hecho de que algo gei pueda suceder(?

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Datos básicos del residente

Nombre completo: Maki Wood
Género: Masculino.
Edad: 36
Altura: 1.96
Ocupación: Panadero/Repostero
Distrito: Hartoffer.
Datos personales del residente
Personalidad:

Activo/dedicado/práctico/amable/callado/terco
Historia:

Oriundo de una familia humilde y siendo el mayor de tres hermanos, Maki Wood no tuvo una vida sencilla.
Con una madre enferma desde sus 13 años, un padre alcohólico y dos hermanos pequeños, el joven oso pasó gran parte de su infancia y adolescencia buscando encontrar un balance entre su vida escolar y la vida en casa.

Con el paso del tiempo la vida se Maki se hacía cada vez más difícil, pues la enfermedad de su madre un día terminó por dejarla postrada en cama, imposibilitándole el poder atender las necesidades de los pequeños e incluso del hogar, siendo Maki la persona que tomó aquella responsabilidad por cuenta propia, pues no iba a dejar que sus hermanos o madre pasasen por dificultades, no más de las que debían a causa del intento de padre que tenían.

Hasta que aquel triste día, pasó.

Unos meses luego de haberse graduado de su último año escolar, aquella fatídica enfermedad terminó por llevársela al fin, dejando a su familia completamente devastada y, si desde su infancia el padre de Maki no había sido el mejor ejemplo, con la pérdida de su esposa terminó por ausentarse mucho más en casa, mostrando el nulo interés por sus hijos y como la depresión lo iba consumiendo las veces que se dignaba a volver, siempre por la madrugada, apestando a alcohol e insultando a quien se le cruzara.

Obviamente, la idea de una universidad estaba completamente fuera de los planes del oso. Siendo casi el principal sostenedor de la familia, terminó resignándose y a aceptar que su vida estaría al cuidado de sus hermanos pequeños hasta que fueran mayores, buscando un trabajo de medio tiempo para no depender totalmente de los ingresos del progenitor, y teniendo incontables discusiones con él al respecto al cuidado de la familia.

Los meses pasaron y, como si de un milagro se tratase, una inesperada propuesta fue puesta en mesa.

"A su madre siempre le gustaron los paseos en playa, deberíamos ir algún día de estos, ¿No creen? Han sido tiempos difíciles, pero creo que podemos empezar de nuevo." Dijo el hombre, en esos particulares días en donde parecía estar sobrio.

Tanto Maki como los pequeños se sorprendieron, pero estos últimos no tardaron en aceptar aquella propuesta. ¿Cómo no iban a alegrarse, si su padre les estaba dando la posibilidad de pasar más tiempo en familia?

Sin embargo, el oso mayor pareció reacio al principio...Claro que un viaje a la playa estaría bien, pero conocía a su padre, y temía que éste ilusionara a sus hermanos para luego salir a última hora a decir que tenía asuntos más importantes que hacer, o hacer un repentino cambio de planes e ilusionarlos a todos para nada, no obstante, los pequeños ya se encontraban inquietos, y al negarse sería él quien esté rompiendo la posibilidad de empezar de nuevo...¿Quién sabe? Quizás era para mejor, quizás luego de todo ese tiempo, algo podría cambiar.

"Papá era bueno para disimular cuando se lo proponía, tarde me di cuenta de ello, cuando el vehículo yacía volcado en medio de la carretera, el dolor en mi cuerpo era adormecedor y las gotas de sangre escurrían por los vidrios rotos."

La estadía en el hospital fue relativamente larga, lo suficiente para poder digerir una buena parte de lo que había sucedido.

Estaba solo.

Nuevamente, Maki tuvo que aprender a adaptarse a las difíciles circunstancias. Con un trabajo mal pagado pero lo suficientemente bueno como para darle de comer, mantuvo algunos años aquel estilo de vida monótono. El accidente lo perjudicó varios niveles de forma emocional, haciéndosele difícil el vivir de una vida grata, y como no, si lo había perdido todo, pero...

Una tarde a sus 22 años, ordenando algunas cosas en la habitación de sus padres, notó un pequeño baúl secreto en el lado de la cama de su madre. Al abrirlo múltiples cartas fueron reveladas, cada una con el nombre de sus hijos, incluso una para el esposo.

Maki quedó sorprendido, y obviamente se apresuró a leer la propia.
En dichos escritos habían palabras de amor sin fin, disculpas por el estilo de vida que tuvo que haber pasado y muchos agradecimientos y deseos de felicidad. Maki estaba leyendo las últimas palabras de su madre, y mientras más leía, algo dentro de él empezó a hacer...Sentido?

Se percató al fin.
Estaba solo, sí, pero también era...Libre.

No lo malinterpreten, no hubo día en donde el oso no sintiera pesar por la desgracia, sin embargo ya no tenía ningún tipo de responsabilidad con nadie.

Era libre. Por primera vez su vida le pertenecía a él, y fue algo de lo que no quiso darse cuenta por la culpabilidad y melancolía que le traía el siquiera pensarlo, pero ahí estaba. De rodillas frente a la cama de su madre, con carta en mano y completamente independiente de hacer lo que quisiera y pudiera hacer.

Y así lo hizo. Inspirado por las palabras de su madre, decidió empezar a vivir por sí mismo.
Abandonó su trabajo y con ello también su antiguo hogar, empacó todo y se lanzó al mundo para hacer su propio comienzo, su "borrón y cuenta nueva." Maki recorrió varios lugares por años sin saber exactamente que buscaba, pero disfrutando cada día lejos de casa.

Todo en su vida era un constante cambio, pero habían dos cosas en él que jamás cambiaban.
Su vocación por los postres y trabajar la harina, siendo una total ventaja a la hora de encontrar trabajo en cualquier lugar. Panaderías, cafeterías, reposterías...Todo lo que implicara mantenerse en la cocina. Tenía una habilidad innata, pulida gracias a su madre y los años cuidando de sus hermanos en los que siempre buscaba inventar algo nuevo, queriendo alegrarles la hora de la comida ya sea con algún postre delicioso y llamativo, o algún sabor especial para el desayuno y la cena. Eso, y su enorme y gran paciencia.

Aunque su rostro luzca como alguien poco amistoso, la verdad es totalmente lo opuesto. Maki siempre estará dispuesto a escuchar y ayudar a quienes quieran acercarse, y aunque aún tenga problemas para relacionarse, con un poco de empeño está seguro de poder iniciar nuevamente en Zouen.
¿Quién sabe? Quizás decida hacer de éste lugar un hogar definitivo.

Gustos:
-Cualquier postre dulce.
-Comer miel a cucharadas.
-La idea de tener hijos alguna vez.
-La gente que siempre tiene algo que decir.
-Escuchar historias
-Mimitos detrás de las orejas
-que le rasquen los hombritos y espalda(?

Disgustos:

-El alcohol.
-Gente DEMASIADO ruidosa. (Aunque los tolera, pero prefiere no relacionarse demasiado)
-Gente floja
-Que lo obliguen a hablar de cosas que no quiere.
-Cualquier tipo de violencia física (Aunque no dudará en defenderse con garras y dientes si la cosa pasa a mayores)
-Gente demasiado hostigosa.

Extras:

Es algo mañoso con el contacto físico, sus dificultades sociales lo vuelven alguien levemente tímido, por lo que no le molesta que busquen contatcto con él, pero estando consciente de su presencia y la mala cara permanente, se reserva el primer acercamiento.

Si algo o alguien le interesa, preguntará más al respecto y puede que te obsequie una pequeña muestra de su trabajo.

Es raro verlo sonreír, pero si pasa, pidan un deseo(?

eS heTERO. O al menos eso intento. Todos mis monos chinos terminan tarde o temprano, o volteados o bicuriosos(?
pero nnnnnnnnno cerraré al 100% el hecho de que algo gei pueda suceder(?