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Published: 2022-11-04 22:58:48 +0000 UTC; Views: 8671; Favourites: 28; Downloads: 1
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Description
cuando mi hijo me confesó que tenía un fetiche con los pies, lo primero que hice fue darle la espalda.Todos mis esfuerzos de padre se habían ido a la basura, ahora que mi hijo era un bicho raro el cual burlarse.
Muchas veces lo humille poniendo mi calcetín en su cara, dejando una gran marca roja en todo su rostro que no decía otra cosa más que “humillame más”.
Nunca entendí el por qué nunca protestó cuando le llenaba la cara con el sudor agrio de mis pies, pero para mí era satisfactorio degradarlo.
Unas semanas después, no había minuto en el que la cara de mi hijo no estuviera bajo la suela de mis botas de construcción.
Luego de unos meses conseguí unas píldoras reductoras, las cuales le dí a mi hijo con la excusa de que era ibuprofeno. Al momento de tomarlas mi hijo se encogió a la altura de 1 milímetro de altura. me senté en el sofá y observé cómo mi hijo de tamaño microscópico se levantaba.
Me aburrí y comenzé a jugar con el amenazando con aplastarlo, era divertido levantar mi pesada bota y verlo huir en el piso de color blanco.
al final lo levanté y lo deje caer en mi bota de construcción, y dejarlo ahí por el resto de su vida, nunca supe cuánto resistió pero siempre me imaginé a mi hijo sufriendo en un infierno húmedo y sudoroso dentro de mi bota, lo cual siempre me provocaba una erección incómoda en el trabajo