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touko12 — [FnT] Michiru Saionji
Published: 2019-09-28 20:34:00 +0000 UTC; Views: 1814; Favourites: 19; Downloads: 0
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Description
Nombre: Michiru Saionji. (西園寺 みちる)
Alias: Ruh.
Edad: 15 años.
Peso y Altura: 1.60 m, 57.0 kg.
Género: Masculino.
Inventario: Inventario Michiru
Aliento: Estrellas (星の息吹)
Trueno (
雷) Estrellas (星)
“Brillantes mensajeras que descansan en el firmamento. Transportan nuestros deseos más profundo a lo largo del río ,en el que una vez Orihime y su amado cruzaron para encontrarse finalmente.
Al igual que los amados, las estrellas transportan nuestros anhelos, para que algún día, en algún momento ,tras arder en sus propias llamas, puedan volver a nuestro lado convertidos en realidad."
•Esta derivación de trueno a "estrellas" debido a que ambos provienen de cierta manera, del mismo mapa celeste. Tanto el trueno como las estrellas son fenómenos que podemos apreciar sobre nosotros. aún así la relación más directa de ambos, es que son las mayores fuentes de luz y energía que nos podemos encontrar.
[ Competitivo || Orgulloso || Ingenuo || Pasional || empatica || Distante ]
Ru es un chico que, pese su apariencia algo femenina y su corta estatura, tiene una voz mucho mas grande que su cuerpo. Debido a ser el menor de 5 hermanos, su carácter no puede ser mas competitivo y orgulloso, ya que para él su vida siempre ha sido una competición constante. Esto no ayuda a su impaciencia pues cuando no consigue algo a la primera o máximo a la tercera se enfada y no puede continuarlo hasta unos minutos más tarde, cuando ya se ha calmado.
Tiene una gran autoestima, pero es frágil. Es realmente fácil hacerle enfadar, como tanto hacerle llorar. Ademas, debido a la falta de cariño maternal en su niñez, es bastante reacio a las pruebas de afecto, y estas pueden hacerle sentir incomodo con facilidad.
|| Historia||
Menor de cinco hermanos, desde poco después de su nacimiento ha sido criado exclusivamente por su padre y sus hermanos mayores ya que su madre los abandono a las pocas semanas de llegar al mundo. Aún con esto, su padre y sus hermanos se esforzaron en darle una vida lo más normal posible, aunque claro jamás podrían suplantar a una figura materna y aun cuando pudo vivir sin ella, lo cierto es que la hecho mucho en falta, sobretodo a la hora de construir su fortaleza emocional.
Quitando sus problemas a la hora de mostrar emociones abiertamente o incluso de mostrar afecto de forma física, lo cierto es que siempre fue un chico normal y corriente como cualquier otro. Juguetón, feliz y revoltoso, todas las cualidades que esperarías de un niño de esas edades aunque la normalidad tampoco duraría por muchos años.
Su falta de expresividad a la hora de mostrar debilidad o incluso en ocasiones su empatía, causo que al cumplir los 12 años y comenzar su adolescencia, se comenzara a ver totalmente solo. Los demás niños de esas edades tenían otros intereses que él no compartía y de alguna manera a la hora de tratar con ellos se sentía muy incomodo, como si diera igual lo que hiciera jamás encajaría con el grupo. De esta forma es como finalmente llegó a la decisión de, cuando tratara con otros, actuaría como los delincuentes que veía en series o películas, de esa manera al menos no tendría tanto dolores de cabeza a la hora de relacionarse y además de eso podría refugiarse tras una mascara con la que se sentía más cómodo y seguro, ya que no correría el riesgo de que alguien dejara ver su lado más sensible y que le atacaran en esta.
Así estuvo un año entero, siendo el marginado de su clase y afirmando que conocía y trataba con personas peligrosas. Creía que estaría así muchos años más, pero al año siguiente, antes de darse cuenta, había acabado dentro de un grupo de otros tres jóvenes que parecían ser como él. Marginados que solo encontraban apoyos entre ellos, como una familia...Como una banda. Porque eso era lo que eran al final, una "banda juvenil" la cual afirmaba que hacían cosas ilegales cuando en realidad solo pasaban las tardes juntos jugando en los recreativos de la zona, recreativos que acabarían volviendo su base de operaciones, su segundo hogar.
Tras esto llegaría una agradable monotonía a su vida, estar las horas de clases juntos afirmando fantasías, luego salir de clase para jugar a los recreativos y volver ya entrada a la noche a casa donde sus familias les esperaban para cenar juntos. Era algo que genuinamente no quería que cambiara pero parecía que de alguna forma la vida tenía otras ideas para su futuro. Para su vida, un cambio que sería un punto y aparte.
En una de esas noches que caminaba entre los callejones de la zona para volver a casa tras una tarde de juegos con sus amigos, un grito femenino detuvo su paso, llevando a que su curiosidad se activara. La zona estaba vacía, y la voz parecía llamar a alguien, como si le suplicara. En un inició pensó que era simplemente unos adolescentes que a lo mejor jugaban a algo, pero aquella voz se escuchaba demasiado desesperada como para ser solo eso, así que solo por sí acaso, acabaría yendo al lugar de donde venían los gritos para saber que ocurría.
Al llegar, la escena que encontró le heló la sangre, en el suelo, se encontraba una chica que forcejeaba con un muchacho algo más grande que ella, esta parecía suplicarle pero el contrario no hacía ademán de escucharla. Era como si estuviera en un trance, como si hubiese consumido algo e intentara dañar a la chica...Tampoco lo sabía bien, pues para cuando se dio cuenta sus piernas ya se estaban moviendo hacia los otros dos chicos, cogiendo por el camino una barra de madera que alguien había tirado al callejón en vez de llevarla a la basura.
Llevado por la adrenalina, lanzaría el trozó de madera contra el cuerpo del hombre, consiguiendo por suerte tirarle hacía un lado al cogerle por sorpresa. Una vez cayó al suelo, Michiru aprovecharía para ir hacia la chica y ayudarla a levantarse para colocarla detrás de él y protegerla.
La joven estaba histérica, intentaba explicar lo que había ocurrido pero el menor no era capaz de entender nada de lo que decía y tampoco ayudaba el que el tipo comenzara a volverse a poner de pie. Girando hacia ellos dos, la mirada del hombre se veía desquiciada y mientras les gruñir, dejaba ver unos dientes que sin duda no eran de un humano. Fuera lo que fuese que estaba pasando no parecía que fuera a acabar precisamente bien.
Nervioso, Michiru, miraría hacia la joven, ordenándole que fuera a buscar ayuda mientras él se encargaba de retener a su atacante. En un inicio la chica se negaría, no quería dejar a un niño solo con esa cosa, pero tras las quejas del menor y las exigencias de este de que si no se iba a buscar ayuda les haría daño al final a ambos, la joven acabaría saliendo del callejón en busca de alguna persona que pudiese llamar a la policia. Ahora con la chica fuera de escena y a salvo, Michiru se quedó a solas con esa cosa, que le observaba con una mirada hambrienta mientras babeaba por aquella ahora inhumana boca. Tenía miedo, claro que lo tenía, el agresor se veía mucho más grande y fuerte que él, y podría afirmar que tenía la expresión de alguien dispuesto a matar sin remordimientos. Era como un animal salvaje. Pero no podía simplemente irse y dejar que tuviese la oportunidad de atacar a otra persona, solo podía rezar para que la chica encontrara ayuda a tiempo.
Agarrando con fuerza el trozo de madera, retrocedería una pierna, causando que por ese pequeño movimiento, el hombre se lanzara contra él tirandolo al suelo. Por suerte ,no pudo hacerle más daño que unos rasguños y unas heridas un poco más severas, gracias a que antes de que pudiese morderle, le metió la madera en la boca como si fuera un bozal y así poder empujarle la cabeza hacia atrás. Era fuerte, demasiado fuerte, no sabía cuanto más iba a durar forcejeando de esa manera más que nada, porque el trozo de madera comenzaba a resquebrajarse por lo que en cualquier momento se rompería y él, estaría perdido.
Cerrando los ojos con fuerza, comenzaría a preguntarse sí así sería como acabaría muriendo, si ese sería efectivamente su final. En parte hacía que se arrepintiera por haber ayudado, pero por otro lado, prefería ser él el que estaba en esa situación que la pobre chica que no tenía ningún medio con el que seguir protegiéndose. Intentando asimilar con orgullo su sacrificio iría aflojando sus manos lentamente, hasta que, cuando iba a soltarlo del todo ya agotado, sintió como la fuerza contraría desaparecía de golpe y como un olor a cenizas comenzaba a llenar su nariz.
Desconcertado, abrió uno de sus ojos, sentándose en el suelo. Delante de él, se encontraba un joven totalmente distinto al que le ataco. Este llevaba lo que parecía una espada en una de sus manos y en la otra, llevaba el cuerpo sin cabeza de su agresor, el cual parecía estar convirtiéndose en cenizas. El desconocido le miraba desde arriba, con seriedad, parecía estar juzgándole de alguna manera en silencio y aquello molestó a Michiru. Iba a preguntarle que acaba de pasar, pero antes de hacerlo el desconocido le interrumpió.
-"Eres Débil, pero tienes bastante coraje. Tal vez si tengas futuro en esto, claro, aprendiendo antes a controlar ese instinto suicida, mira que atacar con esa ramita..."
Molesto por esas palabras Michiru abriría la boca para contestarle pero antes de hacerlo, el desconocido le tiraría una carta a la cara callandolo nuevamente de golpe.
-"Si quieres hacerte fuerte de verdad y algún día poder vencer a uno de estos sin acabar al borde de la muerte. Te aconsejo que vengas aquí."
Y tras esas palabras, el desconocido desaparecería tan rápido como apareció dejando al menor solo con la carta. Estuvo allí en el suelo sentado hasta que llego la chica con la policia. Le hicieron varias preguntas y al final el artercado quedó como que el agresor simplemente se habría drogado y por eso actuó de esa manera tan errática pero...Michiru sabía que era algo más, conocía una prueba que no le dio a la policia y pensaba guardarsela para si mismo. Ya no solo porque quería respuestas reales a todo lo sucedido, sino porque quería hacerse fuerte y callar a ese tipo que le llamó débil.
Una vez en casa y tras resolver todo el alboroto con su padre y sus hermanos que se asustaron al recibir la noticia de que estaba en la comisaría. Les habló de como desde hacía unas semanas le habían otorgado una beca para escuela fuera de su ciudad, pero, como en un principio no quería hacer nada con su vida, no les había hablado de ello. Aunque ahora, con todo lo sucedido, se había dado cuenta que quería forjarse un futuro antes de que fuera demasiado tarde y pasara algo malo. Una obvia mentira pero que por suerte convenció a su padre para que le llevará a la estación de Ide, Kyoto. El lugar donde su vida cambiaría. Ya fuera para bien o para mal.
(perdón por la super biblia no sabía como resumirla ;; Más tarde la resumiré si puedo.)
||Gustos/Disgustos||
La mitología.
La comida picante.
Los niños pequeños, adora jugar con ellos y verles emocionarse con cualquier truco por tonto que sea.
Roedores.
Los ambientes calurosos y húmedos.
Los gatos.
La ropa de licra, le agobia.
//Más según rol/avance de plot//
Si le preguntan que pasó en el callejón, él solo dira que se trato de un hombre que seguro consumió algo raro , un cosplayer y una chica haciendo un drama por estar haciendo cosas que no se deberían hacer en la calle.
Cabe aclarar que esto solo se lo diría a alguien que conoce la existencia de los demonios,si la persona no conoce sobre su existencia, suprimirá completamente la parte del "coslayer", dato que suprimió a la policía al igual que pasó con la carta y el agresor, que a la policía solo les dijo que huyó cuando alguien se acercó a la zona y no la verdad.Esta acostumbrado a recibir golpes, ya que desde niño siempre ha jugado a las peleas con sus hermanos mayores y ellos no eran los hermanos más delicados del mundo. Alguna que otra vez, le acabaron rompiendo un brazo o una pierna mientras jugaban.
Las abuelitas que viven cerca de su casa le tratan como un nieto propio, por ello, no es raro que le regalen dulces o frutas para que se coma de vez en cuando, a cambio por esos tratos él suele hacerles trabajos en las casas ya sea ayudarlas a hacer la compra, a recoger o incluso a cuidar a sus nietos biológicos cuando vienen de visita.
Es alérgico al pelaje de los gatos, siempre que hay uno cerca de la zona donde se encuentra le dan ataques de estornudos.
Le pusieron Michiru ya que su madre esperaba una niña y no otro niño, entonces como le gustaba el nombre ambos padres decidieron llamarle así pero apodarle "Ruh".
Sufre del síndrome de octavo grado ("Chūnibyō") , por ello siempre actuara a priori como un delincuente juvenil pero una vez que tiene confianza comienza a mostrar su faceta más sensible y empatica.
A día de hoy, no sabe que fue lo que causó que su madre se fuera de esa manera. Ha preguntado a su familia pero ninguno le dice el porque fue concretamente.
//Más según rol/avance de plot//
I'm still alive,hi(?.
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Comments: 3
aaaa, me digno a aparecer por acá también. dfgfgdg ;7;
Es un bebito de lo más lindo aaaa. ;;; Debo admitir que al principio su apariencia sí me confundió, pero resulta adorable. fgdgfg Me dan ganas de protegerle, pero seguro él puede hacerlo por sí mismo. (?) ¡Se ve alguien fuerte a pesar de su edad! Pero debe cuidar más de esas heridas, ay. x')
aaaa, dicho todo esto, me lo robo para hacerlo mi nieto también, permiso. (?) dffsfdg 
welp---- Hace poco reviví a Andrew, de Lasserre Academy, para un grupo. No sé si le recuerde--- pero a mí me ha traído viejos recuerdos. fgdgf ///
En fin, ¡espero que tengamos la ocasión de coincidir en un grupo luego de tantos años! Quién sabe si de Michiru y Selene logra salir algo divertido.
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TOU TOU TOOOOOUUUU AMO A TU NENA DUDE, ES PRECIOSA, SU CABELLO TODO ESPONJOSO, DESEO MIMARLAAAA
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