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Albedo puso sus pies sobre la mesa después de un arduo día de trabajo caminando por los pisos de la gran tumba de Nazarick, lo que no sabía era de las innumerables personas atrapadas en sus sandalias que rápidamente fueron aplastadas por la inmensa presión de sus pies. , los pocos sobrevivientes dentro de sus sandalias n intentaron llamar su atención a toda costa pero fue inútil, la mayoría fueron aplastados por los siguientes pasos que dieron mientras caminaban, otros murieron asfixiados por la suela que no les dejaba respirar, pero en general, todas y cada una de las personas que estaban de pie estaban pulverizadas hasta quedar irreconocibles.
Mientras tanto en la mesa donde se reunía un grupo mayor de personas, los más desafortunados fueron aplastados por los talones de Albedo, el resto contemplaba con horror la inmensa cantidad de cadáveres adheridos a la titánica planta del pie de la mujer gigante, estupefactos y aterrorizados que nadie pudiera mover un dedo. músculo ante tan grotesco espectáculo, hasta que finalmente algunas almas valientes decidieron intentar llamar su atención.
Sin saber que este grave acto les agradó aún más porque Albedo no tendría piedad de seres inferiores tan repugnantes, mientras tanto frente a sus enormes suelas, Micros disfrutó del gran espectáculo que había preparado y disfrutó de la magnífica obra de arte que eran de Albedo. pies manchados con miles de cadáveres de personas diminutas.

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Albedo puso sus pies sobre la mesa después de un arduo día de trabajo caminando por los pisos de la gran tumba de Nazarick, lo que no sabía era de las innumerables personas atrapadas en sus sandalias que rápidamente fueron aplastadas por la inmensa presión de sus pies. , los pocos sobrevivientes dentro de sus sandalias n intentaron llamar su atención a toda costa pero fue inútil, la mayoría fueron aplastados por los siguientes pasos que dieron mientras caminaban, otros murieron asfixiados por la suela que no les dejaba respirar, pero en general, todas y cada una de las personas que estaban de pie estaban pulverizadas hasta quedar irreconocibles.
Mientras tanto en la mesa donde se reunía un grupo mayor de personas, los más desafortunados fueron aplastados por los talones de Albedo, el resto contemplaba con horror la inmensa cantidad de cadáveres adheridos a la titánica planta del pie de la mujer gigante, estupefactos y aterrorizados que nadie pudiera mover un dedo. músculo ante tan grotesco espectáculo, hasta que finalmente algunas almas valientes decidieron intentar llamar su atención.
Sin saber que este grave acto les agradó aún más porque Albedo no tendría piedad de seres inferiores tan repugnantes, mientras tanto frente a sus enormes suelas, Micros disfrutó del gran espectáculo que había preparado y disfrutó de la magnífica obra de arte que eran de Albedo. pies manchados con miles de cadáveres de personas diminutas.