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Description
ok! sorry for delivery, but yesterday i went to halloween party with my friends XD

and Angel sendme a little story, but sorry is in spanish

No me dispares o te muerdo.

Durante la noche de brujas, la mayoría de los gremios de magos y academias, se preparan para probar y llevar a cabo los hechizos más complicados e incluso los que aún no han sido probados, ya que la predisposición de los espíritus y las estrellas, ayuda considerablemente a este fin. Es una noche donde es fácil encontrarse o ver fantasmas y criaturas que normalmente durante todo el año permanecen ocultas, ya que la influencia de la luna potencia todos sus atributos.
Mientras que, para los fantasmas y usuarios de maná, es la noche perfecta para demostrar que son capaces o hasta donde pueden llegar, para seres como los licántropos o polimórficos en general, es el momento idóneo para dar rienda suelta a su lado más salvaje, ya sea para encontrar pareja en caso de que no la tengan, o para afianzar su relación con ella, satisfaciendo todo lo imaginable.
Así mismo, es un momento que muchos seres aprovechan para extender su legado o influencia, ya que el conjunto de eventos que ocurre en esa noche, propicia que sea mucho más fácil que por ejemplo un licántropo transforme a quien no lo es, o que incluso un zombi haga lo propio con quienes no están alerta.
Es una noche donde la fantasía y el misterio se dan la mano, pero sobre todo donde lo extraño e inusual pasa desapercibido ante los demás, o al menos en la mayoría de los casos.
-Suspiro-. ¿Me explicas de nuevo que es lo que estamos haciendo aquí? –Le pregunta Angel a Siekfried mientras caminan por una calle muy transitada donde es complicado diferenciar los disfraces de la apariencia real.
-Nos contrataron para revisar cierto evento extraño que se ha dado en esta zona, y la cual, de ser real, es mejor que no se extienda. –Respondió Siekfried encogiéndose de hombros sin detenerse-. ¿Acaso tenías planes?
-Pues sí, los tenía, mira tú por dónde. En vez de estar aquí aburriéndome, seguramente ahora estaría arrancándole la ropa a Lilian tras acorralarla, si es que no se ha untado el cuerpo con alguna sustancia, para que la recorra lentamente con la lengua de la cabeza a los pies. –Comentó Angel relamiéndose al tiempo que abría y cerraba las manos ante él, imaginándose la escena.
-¿Por qué será que no me sorprende eso entre vosotros? –Susurró Siekfried llevándose una mano a la cara y negando con la cabeza-. Por cierto. ¿Desde cuando llevas una Claymore por espada?
-Muchas cosas han sucedido desde la última vez que nos vimos, lo que incluye que me haya vuelto más fuerte o que aumentara mi repertorio. Tú, por el contrario, veo que sigues confiando en esas viejas armas de fuego. –Replicó Angel mirando de reojo las armas en la cintura de su amigo.
-Prefiero los ataques a distancia, y estas preciosidades no son ni mucho menos, viejas y anticuadas. –Le indicó Siekfried sacándolas y mirándolas-. Múltiples modos de disparo... Una docena de proyectiles diferentes... Pero lo mejor de todo, uno se ve mucho más Cool luchando con ellas, sobre todo ante las chicas. –Expresó Siekfried haciendo una pose.
-En serio… -Susurró Angel deteniéndose y cruzándose de brazos-. Madura un poco. No hay nada mejor que un buen sablazo. Rápido, certero, definitivo, y por supuesto, elegante o justo lo contrario. Y lo más importante, no te quedas sin munición. –Recalcó a continuación mirándolo con sonrisa burlona.
-Claro claro. Pero ninguna espada hace saltar en pedazos a tu objetivo como una de estas. –Replicó Siekfried sacando una de sus balas explosivas.
- ¿Ah sí? –Respondió Angel volviéndose hacia Siekfried y mirándolo fijamente.
-Si. –Recalcó Siekfried también volviéndose hacia él y mirándolo.

Los dos se miraron fijamente en silencio y entonces sin más, se enzarzaron en una pelea, aunque más bien parecían un par de cachorros discutiendo, lo que provocó que jóvenes y adultos no pudieran evitar sonreír y cuchichear cuando los vieron, lo que incitó que la reyerta se enfriara rápidamente.
-Ejem… Pues eso. Que no se te olvide. –Expresó Angel carraspeando ligeramente abochornado, mientras se sacudía el cuerpo.
-Claro claro. Lo que don gruñón diga. –Replicó Siekfried sonriendo al tiempo que se encogía de hombros-. Continuemos ya que casi llegamos.

Tras los dos recuperar la compostura, continuaron avanzando hasta que, en una intersección, tomaron un camino que los alejó del núcleo urbano.
-Veamos… Deberíamos encontrar una granja a poco más de un kilómetro si seguimos en esta dirección. –Señaló Siekfried observando las indicaciones que había a un lado del camino.
- ¿Qué se supone que tenemos que encontrar en esa granja? –Preguntó Angel intrigado caminando a su lado.
-Lo cierto que la información del encargo no era precisamente muy esclarecedora, así que estate preparado para cualquier cosa.
-Genial. –Protestó Angel negando con la cabeza.

La granja en cuestión no solo estaba apartada de todo, sino que, además, parecía que no había sido habitada por una larga temporada, ya que tanto las vallas como el granero, estaban en mal estado. No se divisaba ningún animal en los alrededores, y el silencio sepulcral que regía en la zona, solo hacía más sospechosa la situación.
- ¿¡Hola!? –Gritó Siekfried mientras miraban por los alrededores-. ¿¡Hay alguien aquí!?
-Me da que estamos solitos. Uy uy, qué mal. Alguien podría hacerte pupa. –Le indicó Angel a Siekfried con sonrisa burlona.
-Si no quieres que añada más hierro en tu dieta, mejor será que… -Fue a replicar Siekfried cuando se escucharon varios sonidos provenir de los alrededores.
-Mmm… Parece que no estamos solos. –Susurró Angel agarrando su espada y mirando a su alrededor.

En ese momento, la pareja observó con asombro como todo el terreno de la zona comenzó a sacudirse, y poco a poco surgían manos, garras y cuerpos del suelo con aspecto de pocos amigos.
-Zombis. –Expresó Siekfried sacando sus armas y apuntando a un grupo que había salido ante ellos-. ¿Alguna idea?
-Pues está claro, ¿no? –Expresó Angel sonriendo y afianzando las patas al suelo-. Es hora de ganarse el sueldo.

Sin decir más, Angel salió corriendo con espada en mano y comenzó a atacar a todo lo que se movía, sesgando y descuartizando cuanto se le ponía por delante. Por su parte, Siekfried había acopio de su puntería, y con certeros disparos en la cabeza, apenas se despeinaba mientras acababa con los enemigos.
Esta mecánica se mantuvo durante varios minutos, pero extrañamente los enemigos en vez de disminuir, parecían aumentar en número, por lo que poco a poco, Angel y Siekfried se vieron espalda contra espalda.
-Tienes suerte que este aquí para cuidarte el trasero. –Comentó Angel sonriendo.
- ¿¡Quién demonios necesita eso de ti!? –Replicó Siekfried sin dejar de disparar.
-Veo complicado que puedas valerte por ti solo si te rodean. –Respondió Angel dando un amplio sablazo que cortó la cabeza de media docena de enemigos-. Yo, por el contrario, puedo atacar en todas direcciones. Ah… Que mal por todos aquellos insensatos que estiran la pata por usar juguetes en una pelea.
- ¿¡Pero serás…!? –Exclamó Siekfried sin dejar de disparar y rodando hacia atrás sobre la espalda de Angel, para caer al otro lado lo que provocó que ambos intercambiaran posiciones-. Está claro que aún no comprendes lo versátiles que son mis armas.
-Todo lo que tú quieras, pero dudo mucho que la munición te dure lo suficiente como sigan viniendo así. –Comentó Angel observando que se les venía encima una ingente cantidad de ellos.
-Err… En eso tienes razón. ¡Corre! –Exclamó de repente Siekfried corriendo hacia el granero.

Los dos se apresuraron a llegar al granero, pero en vez de cerrar las puertas o bloquearlas para que los enemigos no entraran, simplemente se colocaron en medio del lugar y aguardaron.
-Esos bastardos lentorros pronto llegaran tanto por delante como por detrás del granero. –Señaló Angel sacudiendo su espada para limpiarla.
-Esa es la idea. –Contestó Siekfried cargando la munición explosiva en una de las pistolas, mientras en la otra colocaba munición perforante-. ¿Crees que podrás crear un poco de fuego?
- ¿Crees poder evitar quemarte las pestañas si lo hago? –Replicó Angel sonriendo.
-He he. Aquí llegan. –Comentó Siekfried cuando el primer grupo llegó.

Los enemigos por su forma de moverse y actuar, habían formado grandes grupos que apenas podían pasar por las puertas, pero, aun así, Angel y Siekfried aguardaron inmóviles llamando su atención. Poco a poco, el granero se fue llenando de incontables enemigos, y cuando el espacio ya estaba por acabarse, los dos se apresuraron a subir al segundo piso del lugar, desde donde observaron como el granero seguía llenándose.
-Quien hubiera dicho que habría tantos de ellos. –Comentó Angel sentándose en el borde, dejando sus piernas colgar.
-¿Podrás aguantar un poco mientras cierro la trampa? –Le preguntó Siekfried acercándose a una ventana y mirando el exterior.
-Mueve el culo de una vez y evita que te muerdan al bajar. Me daría penita tener que librarte de tu mísera existencia. –Respondió Angel mirándolo con sonrisa siniestra.
-Que gracioso… -Susurró Siekfried saltando al exterior.

Sin perder tiempo, Siekfried se ocultó en las cercanías, y cuando observó que ya no podrían entrar más zombis dentro del granero, se acercó rápidamente y cerró las puertas de uno de los lados.
-Una asegurada. –Expresó cerciorándose de que estaba bien cerrada, aunque no aguantaría mucho la presión interna si se apoyaban sobre ella.

Tras eso, corrió hacia el otro lado del granero y allí espero el momento idóneo para cerrar la otra puerta, con lo que la mayoría de enemigos quedaron atrapados dentro. Entonces salió corriendo nuevamente y colocándose a una distancia prudente del granero, se preparó para disparar.
- ¡Vamos pulgoso, sal de ahí o tú también saltaras por los aires! –Gritó Siekfried para que Angel saliera y dejara de llamar la atención de los enemigos.

Los segundos pasaron, y cuando ya extrañado Siekfried se fue a acercar para comprobar lo que ocurría, un resplandor se divisó en el interior del granero, y seguidamente este fue devorado por las llamas, momento en que Angel salió proyectado por la ventana.
Siekfried sabía bien que las llamas no dañarían fácilmente a Angel, así que apuntó sus armas contra el granero y comenzó a disparar hasta que se quedó sin munición. Los segundos parecieron hacerse eternos, y entonces el granero estalló violentamente, lanzando trozos a muchos metros a la redonda.
-Coff… Coff… ¡Podrías haber esperado que me alejara más! –Replicó Angel incorporándose del suelo, completamente cubierto de tierra y trozos de madera y zombi.
-Vamos vamos. No seas llorón. –Expresó Siekfried caminando hacia él, al tiempo que cargaba sus armas de nuevo y disparaba a los enemigos rezagados.
-Anda que… -Expresó Angel cruzándose de brazos y observando el panorama del lugar-. Espero que el trabajo incluyera este tipo de daños.
-Eso se llama daños colaterales. –Respondió Siekfried con cara risueña-. Terminemos con los pobres desgraciados que quedan, y vayamos a tomar un par de cervezas.
-Pero tú pagas.
- ¡Ha ha ha! Descuida. Yo pago.

Angel blackwolf is property by himself.
siekfried is propierty of myself. 2015

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No me dispares o te muerdo.

Durante la noche de brujas, la mayoría de los gremios de magos y academias, se preparan para probar y llevar a cabo los hechizos más complicados e incluso los que aún no han sido probados, ya que la predisposición de los espíritus y las estrellas, ayuda considerablemente a este fin. Es una noche donde es fácil encontrarse o ver fantasmas y criaturas que normalmente durante todo el año permanecen ocultas, ya que la influencia de la luna potencia todos sus atributos.
Mientras que, para los fantasmas y usuarios de maná, es la noche perfecta para demostrar que son capaces o hasta donde pueden llegar, para seres como los licántropos o polimórficos en general, es el momento idóneo para dar rienda suelta a su lado más salvaje, ya sea para encontrar pareja en caso de que no la tengan, o para afianzar su relación con ella, satisfaciendo todo lo imaginable.
Así mismo, es un momento que muchos seres aprovechan para extender su legado o influencia, ya que el conjunto de eventos que ocurre en esa noche, propicia que sea mucho más fácil que por ejemplo un licántropo transforme a quien no lo es, o que incluso un zombi haga lo propio con quienes no están alerta.
Es una noche donde la fantasía y el misterio se dan la mano, pero sobre todo donde lo extraño e inusual pasa desapercibido ante los demás, o al menos en la mayoría de los casos.
-Suspiro-. ¿Me explicas de nuevo que es lo que estamos haciendo aquí? –Le pregunta Angel a Siekfried mientras caminan por una calle muy transitada donde es complicado diferenciar los disfraces de la apariencia real.
-Nos contrataron para revisar cierto evento extraño que se ha dado en esta zona, y la cual, de ser real, es mejor que no se extienda. –Respondió Siekfried encogiéndose de hombros sin detenerse-. ¿Acaso tenías planes?
-Pues sí, los tenía, mira tú por dónde. En vez de estar aquí aburriéndome, seguramente ahora estaría arrancándole la ropa a Lilian tras acorralarla, si es que no se ha untado el cuerpo con alguna sustancia, para que la recorra lentamente con la lengua de la cabeza a los pies. –Comentó Angel relamiéndose al tiempo que abría y cerraba las manos ante él, imaginándose la escena.
-¿Por qué será que no me sorprende eso entre vosotros? –Susurró Siekfried llevándose una mano a la cara y negando con la cabeza-. Por cierto. ¿Desde cuando llevas una Claymore por espada?
-Muchas cosas han sucedido desde la última vez que nos vimos, lo que incluye que me haya vuelto más fuerte o que aumentara mi repertorio. Tú, por el contrario, veo que sigues confiando en esas viejas armas de fuego. –Replicó Angel mirando de reojo las armas en la cintura de su amigo.
-Prefiero los ataques a distancia, y estas preciosidades no son ni mucho menos, viejas y anticuadas. –Le indicó Siekfried sacándolas y mirándolas-. Múltiples modos de disparo... Una docena de proyectiles diferentes... Pero lo mejor de todo, uno se ve mucho más Cool luchando con ellas, sobre todo ante las chicas. –Expresó Siekfried haciendo una pose.
-En serio… -Susurró Angel deteniéndose y cruzándose de brazos-. Madura un poco. No hay nada mejor que un buen sablazo. Rápido, certero, definitivo, y por supuesto, elegante o justo lo contrario. Y lo más importante, no te quedas sin munición. –Recalcó a continuación mirándolo con sonrisa burlona.
-Claro claro. Pero ninguna espada hace saltar en pedazos a tu objetivo como una de estas. –Replicó Siekfried sacando una de sus balas explosivas.
- ¿Ah sí? –Respondió Angel volviéndose hacia Siekfried y mirándolo fijamente.
-Si. –Recalcó Siekfried también volviéndose hacia él y mirándolo.

Los dos se miraron fijamente en silencio y entonces sin más, se enzarzaron en una pelea, aunque más bien parecían un par de cachorros discutiendo, lo que provocó que jóvenes y adultos no pudieran evitar sonreír y cuchichear cuando los vieron, lo que incitó que la reyerta se enfriara rápidamente.
-Ejem… Pues eso. Que no se te olvide. –Expresó Angel carraspeando ligeramente abochornado, mientras se sacudía el cuerpo.
-Claro claro. Lo que don gruñón diga. –Replicó Siekfried sonriendo al tiempo que se encogía de hombros-. Continuemos ya que casi llegamos.

Tras los dos recuperar la compostura, continuaron avanzando hasta que, en una intersección, tomaron un camino que los alejó del núcleo urbano.
-Veamos… Deberíamos encontrar una granja a poco más de un kilómetro si seguimos en esta dirección. –Señaló Siekfried observando las indicaciones que había a un lado del camino.
- ¿Qué se supone que tenemos que encontrar en esa granja? –Preguntó Angel intrigado caminando a su lado.
-Lo cierto que la información del encargo no era precisamente muy esclarecedora, así que estate preparado para cualquier cosa.
-Genial. –Protestó Angel negando con la cabeza.

La granja en cuestión no solo estaba apartada de todo, sino que, además, parecía que no había sido habitada por una larga temporada, ya que tanto las vallas como el granero, estaban en mal estado. No se divisaba ningún animal en los alrededores, y el silencio sepulcral que regía en la zona, solo hacía más sospechosa la situación.
- ¿¡Hola!? –Gritó Siekfried mientras miraban por los alrededores-. ¿¡Hay alguien aquí!?
-Me da que estamos solitos. Uy uy, qué mal. Alguien podría hacerte pupa. –Le indicó Angel a Siekfried con sonrisa burlona.
-Si no quieres que añada más hierro en tu dieta, mejor será que… -Fue a replicar Siekfried cuando se escucharon varios sonidos provenir de los alrededores.
-Mmm… Parece que no estamos solos. –Susurró Angel agarrando su espada y mirando a su alrededor.

En ese momento, la pareja observó con asombro como todo el terreno de la zona comenzó a sacudirse, y poco a poco surgían manos, garras y cuerpos del suelo con aspecto de pocos amigos.
-Zombis. –Expresó Siekfried sacando sus armas y apuntando a un grupo que había salido ante ellos-. ¿Alguna idea?
-Pues está claro, ¿no? –Expresó Angel sonriendo y afianzando las patas al suelo-. Es hora de ganarse el sueldo.

Sin decir más, Angel salió corriendo con espada en mano y comenzó a atacar a todo lo que se movía, sesgando y descuartizando cuanto se le ponía por delante. Por su parte, Siekfried había acopio de su puntería, y con certeros disparos en la cabeza, apenas se despeinaba mientras acababa con los enemigos.
Esta mecánica se mantuvo durante varios minutos, pero extrañamente los enemigos en vez de disminuir, parecían aumentar en número, por lo que poco a poco, Angel y Siekfried se vieron espalda contra espalda.
-Tienes suerte que este aquí para cuidarte el trasero. –Comentó Angel sonriendo.
- ¿¡Quién demonios necesita eso de ti!? –Replicó Siekfried sin dejar de disparar.
-Veo complicado que puedas valerte por ti solo si te rodean. –Respondió Angel dando un amplio sablazo que cortó la cabeza de media docena de enemigos-. Yo, por el contrario, puedo atacar en todas direcciones. Ah… Que mal por todos aquellos insensatos que estiran la pata por usar juguetes en una pelea.
- ¿¡Pero serás…!? –Exclamó Siekfried sin dejar de disparar y rodando hacia atrás sobre la espalda de Angel, para caer al otro lado lo que provocó que ambos intercambiaran posiciones-. Está claro que aún no comprendes lo versátiles que son mis armas.
-Todo lo que tú quieras, pero dudo mucho que la munición te dure lo suficiente como sigan viniendo así. –Comentó Angel observando que se les venía encima una ingente cantidad de ellos.
-Err… En eso tienes razón. ¡Corre! –Exclamó de repente Siekfried corriendo hacia el granero.

Los dos se apresuraron a llegar al granero, pero en vez de cerrar las puertas o bloquearlas para que los enemigos no entraran, simplemente se colocaron en medio del lugar y aguardaron.
-Esos bastardos lentorros pronto llegaran tanto por delante como por detrás del granero. –Señaló Angel sacudiendo su espada para limpiarla.
-Esa es la idea. –Contestó Siekfried cargando la munición explosiva en una de las pistolas, mientras en la otra colocaba munición perforante-. ¿Crees que podrás crear un poco de fuego?
- ¿Crees poder evitar quemarte las pestañas si lo hago? –Replicó Angel sonriendo.
-He he. Aquí llegan. –Comentó Siekfried cuando el primer grupo llegó.

Los enemigos por su forma de moverse y actuar, habían formado grandes grupos que apenas podían pasar por las puertas, pero, aun así, Angel y Siekfried aguardaron inmóviles llamando su atención. Poco a poco, el granero se fue llenando de incontables enemigos, y cuando el espacio ya estaba por acabarse, los dos se apresuraron a subir al segundo piso del lugar, desde donde observaron como el granero seguía llenándose.
-Quien hubiera dicho que habría tantos de ellos. –Comentó Angel sentándose en el borde, dejando sus piernas colgar.
-¿Podrás aguantar un poco mientras cierro la trampa? –Le preguntó Siekfried acercándose a una ventana y mirando el exterior.
-Mueve el culo de una vez y evita que te muerdan al bajar. Me daría penita tener que librarte de tu mísera existencia. –Respondió Angel mirándolo con sonrisa siniestra.
-Que gracioso… -Susurró Siekfried saltando al exterior.

Sin perder tiempo, Siekfried se ocultó en las cercanías, y cuando observó que ya no podrían entrar más zombis dentro del granero, se acercó rápidamente y cerró las puertas de uno de los lados.
-Una asegurada. –Expresó cerciorándose de que estaba bien cerrada, aunque no aguantaría mucho la presión interna si se apoyaban sobre ella.

Tras eso, corrió hacia el otro lado del granero y allí espero el momento idóneo para cerrar la otra puerta, con lo que la mayoría de enemigos quedaron atrapados dentro. Entonces salió corriendo nuevamente y colocándose a una distancia prudente del granero, se preparó para disparar.
- ¡Vamos pulgoso, sal de ahí o tú también saltaras por los aires! –Gritó Siekfried para que Angel saliera y dejara de llamar la atención de los enemigos.

Los segundos pasaron, y cuando ya extrañado Siekfried se fue a acercar para comprobar lo que ocurría, un resplandor se divisó en el interior del granero, y seguidamente este fue devorado por las llamas, momento en que Angel salió proyectado por la ventana.
Siekfried sabía bien que las llamas no dañarían fácilmente a Angel, así que apuntó sus armas contra el granero y comenzó a disparar hasta que se quedó sin munición. Los segundos parecieron hacerse eternos, y entonces el granero estalló violentamente, lanzando trozos a muchos metros a la redonda.
-Coff… Coff… ¡Podrías haber esperado que me alejara más! –Replicó Angel incorporándose del suelo, completamente cubierto de tierra y trozos de madera y zombi.
-Vamos vamos. No seas llorón. –Expresó Siekfried caminando hacia él, al tiempo que cargaba sus armas de nuevo y disparaba a los enemigos rezagados.
-Anda que… -Expresó Angel cruzándose de brazos y observando el panorama del lugar-. Espero que el trabajo incluyera este tipo de daños.
-Eso se llama daños colaterales. –Respondió Siekfried con cara risueña-. Terminemos con los pobres desgraciados que quedan, y vayamos a tomar un par de cervezas.
-Pero tú pagas.
- ¡Ha ha ha! Descuida. Yo pago.

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siekfried is propierty of myself. 2015