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Description

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【 G E N E R A L 】

✦ Nombre ✦

Cecile Collingwood.

✦ Edad ✦

14 años.

✦ Cumpleaños ✦

11 de Agosto.

✦ Género ✦

Femenino.

✦ Peso ✦

55kg.

✦ Altura ✦

1.58 m.

✦ Particularidad ✦

Síndrome de Elhers-Danlos.

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【 T R A B A J O 】

✦ Vocación ✦

Exhibicionista, aspirante a acróbata.

✦ Habilidad ✦

...

✦ Stats ✦

✧ Fuerza: 0
✧ Resistencia: 0
✧ Equilibrio: 1
✧ Flexibilidad: 4
✧ Coordinación: 1
✧ Carisma: 3
✧ Originalidad: 1

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【 P E R S O N A L I D A D 】

¡Oh, Cecile!

Ella es una chica apasionada en cuanto emociones se refiere, más sumando que ha entrado en la adolescencia, la hace ser un poco más… efusiva de lo normal. Sin embargo, la etiqueta de ser como “Un libro abierto” le cae como anillo al dedo, ¿Por qué? Bueno, una de las razones es que ya es suficiente el intentar esconder aquellos moretones y marcas como para todavía ocultar el cómo se siente, lo cual desencadena un montón de actitudes en ella. La primera es que suele ser bastante directa, tanto para lo que le agrada como para lo que le desagrada, más no de una forma grosera o sin escrúpulos, ya que piensa que “Con la misma vara que midas, serás medido”, lo cual significa que según trates a las personas, así serás tratado. Por lo tanto valora mucho el respeto y se puede decir que es alguien amable e imparcial.

Bueno, siguiendo el hilo que llevábamos, podemos concluir que fácilmente podrás descifrar su estado de ánimo, por ejemplo al estar nerviosa, ansiosa, molesta o decaída se le nota a kilómetros en el rostro por el ceño fruncido y los labios arqueados hacia abajo que suele poner, es muy expresiva con su rostro. Aunque ahora que hablamos de este tipo de sentimientos o pesares, es su sentido de inutilidad lo que la hace caer en esos pensamientos, si bien algunas veces puede amanecer de lo más positiva y motivada a vivir con su “defecto”, otras veces por no decir que la mayoría, la realidad la golpea en la cara y se frustra fácilmente por no hacer cosas tan sencillas sin terminar lastimando su piel o siquiera poder caminar con normalidad.

Como segundo, debido a su condición parece que toda la energía que ha acumulado ha ido a parar a su boca, en serio le cuesta callarse horrores, hasta el punto de que se queda hablando sola algunas veces. Sí, es parlanchina de más pero… ¿Qué más debería hacer para entretenerse, cuando incluso para moverse normalmente terminará dislocándose un hueso, eh? De igual forma sabe que esto puede ser molesto para otros, por eso ha intentado controlarse un p‑… A quien engañamos, simplemente no puede, necesita del ruido para no sentirse incómoda, sin embargo esto no quiere decir que no sea constante o disciplinada, lo es y mucho.

Ahora, refiriéndonos al campo del adiestramiento académico o cultural, es alguien un poco…ignorante, y es que bueno, no sabe leer ni escribir, por eso si alguien le afirma que lo que le está diciendo proviene de algún libro, aceptará sin chistar esa nueva verdad, la niña en serio es crédula . Pero no intentes engañarla, que si se entera, difícilmente volverá a confiar en ti, además que te ganarás su odio como un extra, porque ¡Odia quedar como tonta…Aunque lo sea!

A pesar de todo, le ve varias cosas buenas a la vida, muy a su modo pero lo hace, también es muy abierta a conseguir amigos, le encanta ser sociable y llamar la atención de los demás de forma positiva.

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【 B I O G R A F Í A 】

Bernard Collingwood y Adeline Fairchild eran jóvenes, si, jóvenes y tontos como todos a cierta edad, lamentablemente esa combinación hizo que ambos muchachos no supieran esperar y terminaran acarreándose un mar de responsabilidades ¿Cómo qué? ¡Hasta la pregunta es tonta! Claramente esa nueva responsabilidad sería la pequeña a la que le regalarían el nombre de Cecile.

Debido a que las relaciones fuera del matrimonio en aquella época eran demasiado mal vistas, por no decir que era atraer como un imán los malos tratos y chismes de la muchedumbre, ellos no fueron la excepción. La familia de ambos jóvenes incluso se desafanaron por completo, prácticamente se les había dado la espalda y dejado a su suerte… ¿Pero es que cómo iban a aceptar que los apellidos de tan alta estima se vieran manchados en tan sólo “una noche de esas”? En verdad debieron habérselo pensado mejor, después de todo estaban a meses de casarse.

La gente del pueblo simplemente se negaba a venderles o incluso a contratar a Bernard que buscaba trabajo desesperadamente. Obviamente todo era una artimaña del señor Abadie Collingwood, su padre, un muy respetado mercader en ese lugar. ¿Por qué lo hacía?, ¿Qué acaso no era suficiente el que no le brindara ninguna ayuda económica a aquel hijo inútil y acomodado? ¡No! ¡Debía aprender la lección y que le calara hasta los huesos¡,¡¿Cómo iba a ayudar a aquél que había engendrado un bastardo?!...eso aparentemente era su pensar.

La situación anterior los llevó a un punto en el que no pudieron soportar la presión de la sociedad y mucho menos la vergüenza y miseria en la que llegaron a estar. Ambos, Bernard y la joven de unos dos meses de embarazo, Adeline, decidieron emprender un viaje realmente… ¿Peligroso, sofocante, difícil o de salvación? Bien, quizás todas las anteriores, era necesario. Pero bueno, el padre de Cecile se las arregló para convencer a uno de lo que antes era su servidor y conseguir una carreta bastante sencilla y vieja. ¡Por primera vez en todo ese tiempo la suerte volvía a sonreírle a él, a su amada… y a Cecile también, después de todo también iba implicada! ¿No?

La travesía fue un poco larga y con dificultades de por medio, pero era obvio, después de todo estaban casi recorriendo un cuarto del territorio de Londres en no necesariamente las mejores condiciones, por suerte en ese lapso no hubo ninguna dificultad en el embarazo, Cecile estaba a salvo...al menos por ahora. Debían comenzar de nuevo en aquel puerto llamado Rotherhithe, uno de los más importantes de la época y el futuro hogar de la pequeña al menos por 14 años. Y así fue, la necesidad hace actuar al hombre y por lo tanto su padre aprendió lo que parecía ser el negocio de la pesca, debían tener dinero seguro para conseguir una partera, que no faltaba demasiado para que el bebé viera la luz por primera vez.

Sin embargo, al fin después de un corto periodo, lo que parecía ser un 11 de Agosto de 1866 la pequeña decidió que estaba lista para conocer el mundo. La pareja a pesar de todo lo que habían vivido estaban más que feliz con lo aparentemente sana y normal que había nacido, vaya que los primeros meses fueron miel sobre hojuelas, ya había una ligera estabilidad económica, tenían un muy pequeño hogar donde crecería segura y el ambiente en el que se desarrollaría parecía de lo más perfecto, ya sabes, “El puerto de las oportunidades”. Más todo pareció caer en picada cuando llegó la etapa en la que Cecile debía comenzar a dar sus primeros pasos. Si, al principio pensaron que todo era normal ¿No? Los bebés siempre se caen cuando comienzan, los bebés aún deben tener débiles sus músculos, los bebés tienen la piel delicada, cualquier cosa debe dejarles marca, los bebés siempre están llorando… ¡Pero por Dios! Ella ya iba a ir para el año y medio “practicando”, eso no era para nada normal, definitivamente Cecile no era normal y esto claramente no los preocupó hasta que los síntomas fueron más notables y la pequeña ya no tan pequeña quería ser cargada para todos lados, de verdad no podía caminar demasiado sin que terminara llorando a mares ¿Era acaso un capricho o una niña demasiado mimada y por eso terminaba tirándose al suelo? Por supuesto que no, al fin parte de su situación fue expuesta cuando comenzó expresarse de una forma más adecuada, cuando comenzó a quejarse “Mamá, me duele mucho”, “Papá, ¿Qué es eso de ahí? No veo”, “Papá, me salió otra marca”, “¡¡Mamá, algo aquí se salió de su lugar, duele!!”…imagina a una Cecile de tan solo 6 años diciendo eso último entre sollozos, berridos y apuntando lo que sería un brazo dislocado por tan sólo golpearse torpemente contra la cama.

Definitivamente Bernard comenzó a sospechar un poco, pues su hija presentaba varios síntomas que la mismísima abuela llegó a desarrollar cuando aún estaba viva, ¿Cómo olvidar la imagen de su madre todo el tiempo postrada en cama?, ¿Era ese el futuro de su hija también? Por suerte este síndrome hereditario no golpeó tan severamente en el cuerpo de la niña, más no podemos asegurar que estaba del todo a salvo… ¡A menos que su padre intentara encerrarla en una burbuja de sobreprotección!. Claramente Adeline no estaba de acuerdo pero tampoco iba a oponerse a los deseos de su esposo, no quería que al final él terminara culpándola por no haber sabido cuidar a su pequeño “tesoro” cuando salía a ganarse el pan.

¡Oh pobre Cecile, mira que verse encerrada hasta el punto que ya sabía cuántas hendiduras tenía la madera del techo!.. Era una vida aburrida, tan vacía hasta cierto punto, no con esto queremos decir que su vida era infeliz, ya se había acostumbrado y obviamente estaba contenta de ayudar a su madre en el hogar con lo poco que podía, jugar con su ave Hamlet y su padre cuando volvía de pescar, pero como todo ser humano siempre somos avariciosos, siempre queremos más y Cecile no era la excepción…“Papá, déjame ayudar a mi madre en el mercado, vendiendo en el puesto”, ese fue su deseo expreso al cumplir apenas los trece años, más un rotundo NO fue la respuesta obtenida, sin embargo ¿Has escuchado el dicho “El que persevera alcanza”? Ella y su madre no desistieron pues rogaron y rogaron por un año entero hasta el punto de llegar a un acuerdo, ¿La condición? Simple pero difícil de cumplir: “A la primera marca que te encuentre o un pequeño raspón en tu piel, olvídate de salir de estas cuatro paredes una vez más”, la felicidad de Cecile y su madre era indescriptible “Puedo hacerlo, soy cuidadosa, ¡Puedo hacerlo!”, contestó con efusividad… jamás había sonreído así desde que su padre le regalo el ave en su cumpleaños número doce.

Más esa felicidad no duró demasiado. Al mes de llevar una rutina extremadamente cautelosa y cuidadosa, cómo el no levantarse ni un solo centímetro del banquillo donde cobraba el dinero de las ventas, esperar a que los lugares concurridos se despejasen así se le hiciera noche para llevar los desperdicios al muelle o volver a casa con su madre por el camino más solitario y largo sacrificando aquellos piececitos, unos simples niños lo echaron a perder.

Cierta mañana, a unas cuantas ventas más de cerrar el puesto, el hambre invadió el estómago de ambas mujeres, por lo que Cecile enternecida de ver el duro esfuerzo de su madre y el cansancio en sus ojos, decidió ofrecerse para ir por un poco de pan, si, a aquella panadería que lograba divisarse desde el lugar en el que estaban, no corría peligro ¿Verdad?, yo no diría precisamente eso. A unos cuantos pasos de poder entrar, él típico grupito de preadolescentes malosos, ya estaba esperando a la joven, desde hace unos cuantos días la tenían en la mira… “La coja, la borracha, la niña defectuosa” esos fueron los primeros gritos que logró escuchar antes de ser bruscamente empujada al suelo y obtener un gran gemido de dolor como respuesta instantánea. La gente del lugar si bien ya conocían a Cecile tampoco la miraban con buenos ojos, ¿Qué acaso pensaban que era contagiosa?¿Nadie iba a detener a los muchachos que salieron corriendo? ¡Qué ignorancia y cuanta falta de empatía para alguien que no dejaba de retorcerse de dolor en el suelo!, ¡Ese hombro claramente no estaba en su lugar!...Pff lamentablemente su madre notó el murmullo y alboroto algo tarde, pues estaba ocupada atendiendo a un cliente, sino fuera por aquél panadero que se tentó el corazón y la tomó en sus brazos hasta llevarla a ella, es probable que hubiera estado en el suelo otro rato más.

El día se hizo tarde noche. ¿Qué harían Cecile y Adeline cuando Bernard volviera a casa y viera a su pequeña con un patético vendaje típico de la época?, la verdadera pregunta es ¿Qué haría él? Claramente haría más que echarle en cara. Si, hizo más que echárselos en cara, ambos terminaron discutieron por varias horas mientras que Cecile fue a esconderse a su habitación, jamás lo había visto tan furioso. Ella sólo podía escuchar los gritos de sus padres a través de la puerta en donde uno sólo reclamaba y el otro pedía perdón sin olvidar el justificarse. Pero la paciencia del señor fue poca, en un arranque de cólera hacia su mujer no dudó en darle un buen golpe en el rostro y unos cuantos más en el estómago…Vaya ¿Dónde había quedado esa imagen del buen padre que era? Sin duda los humanos somos imperfectos, estúpidos y con un juicio que fácilmente se ve nublado cuando tenemos miedo… ah, esto no sólo lo menciono por el padre, también por la joven que estaba entrando en pánico ya que su burbuja, esa donde se sentía segura, se había reventado.

¡Debía salir de ahí en cuanto antes!... ¿Realmente conocía a su padre? En ese estado jamás, por eso pensó que si así había tratado a la mujer de sus ojos, aquella con la que había decidido compartir el resto de su vida ¿Qué le haría a ella que sólo llegó a causar problemas y dolencias?... ¿Su salvación?, la ventana de su habitación, ¿Pero a dónde iría?, ¿Cómo saldría sin ser encontrada? Otra vez, “la respuesta estaba frente a sus ojos”, o algo le hacía creer que lo que buscaba era adentrarse al bosque.

Saltó, algo que la hizo caer nuevamente, más el ruido de adentro no dejó que se escuchara el estruendo. Con un hombro lastimado y unas piernas inservibles dio lo mejor de sí para llegar a él, cómo si algo desde el fondo le animara y le dijera “¡Ve, ven aquí!, ¡Corre, Cecile, más rápido o serás encontrada!”, de algún modo era curioso el empeño que ponía…lamentablemente su resistencia era nula y después de un buen rato de caminar, sintió que su corazón era una bomba a punto de estallar, más una lucecita blanca era su esperanza… “¿Estoy muerta?” fue lo primero que pensó con una sonrisa agotada. No lo dudó ni un segundo más, acercándose hasta que se encontró con una sorprendente carpa, “Esto es absurdo” susurró, ¿Pero entonces por qué estás dando un paso dentro?

Una silla, el perfecto lugar para desplomarse estaba frente a ella, le estaba rogando que se sentara. Si, también había notado la presencia de cierto joven, pero ahora mismo su mayor prioridad no era hablar, lo cual era muy extraño aparte del hecho de que no la corriera del lugar, al contrario, parecía que aquel sujeto esperaba a que ella se sentara como acababa de hacer. “¿Un papel y una pluma? Pero yo no sé escr—” Estuvo a punto de decir, pero no salía sonido alguno de su boca…como si de un sorprendente acto de magia se tratara, la chica que no tenía mucho que dar ya había escrito en letras grandes y con una terrible caligrafía “Cecile C.”, claramente estaba atónita, eso le había demostrado más que claro que algo extraño ocurría, más sin embargo ese pensamiento pasajero se vio interrumpido cuando el agotamiento y una ligera somnolencia la hicieron dormir.

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【 I N T E R E S E S 】

━━━━━━✧✔✧━━━━━━
✔ La música, en serio la adora.
✔ Le gusta ver bailar a la gente, de no ser por su enfermedad seguramente lo haría seguido.
✔ Ama las flores, se le hacen tan frágiles y delicadas, además de que huelen realmente bien.
✔ El color vino.
✔ Escuchar historias, sobre todo si se las cuenta una persona mayor.
✔ Que le presten verdadera atención cuando habla.
✔ Le gusta ser autosuficiente o al menos intentarlo.
✔ Que le peinen el cabello.

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✘ Los olores fuertes.
✘ El pescado, por lo mismo de que huele demasiado y hasta cierto punto ya está harta de verlo.
✘ Sobreprotejerse, se le hace demasiado tedioso andarse cuidando, aún así lo hace.
✘ Caminar distancias demasiado largas, no por que sea floja sino que se le dificulta demasiado por su pie plano y suspiernas de espagueti.
✘ Odia el calor.
✘ La oscuridad, le aterra.
✘ Estar sola. De repente escucha cosas que ni al caso.
✘ Las manzanas.

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【 M I S E L Á N E O 】

✦ Sufre de una severa elasticidad en la piel y flexibilidad en las articulaciones.

✦ Tiene el pie plano, lo cual le ha ocasionado unas caídas realmente desastrozas.

✦ Sus piernas se curvean demasiado al caminar o estar de píe, por eso siempre intenta amacizarlas y termina cansandose de más.

✦ Está medio ciega, ve algo borroso sobre todo de su ojo derecho.

✦ Siempre le duelen los músculos, pero no suele quejarse.

✦ Cuando estaba con su madre solía ayudarle recibiendo el dinero en el puesto desde un banquito de madera algo viejo.

✦ Debido a que es joven suele malinterpretar las cosas seguido, sobre todo los actos de amabilidad.

✦ Camina como ciervito recién nacido la mayoría del tiempo , incluso cuando lleva ropa larga llega a parecer una persona coja, siempre va intentándose agarrar de las paredes, barriles, todo lo que se le atraviese.

✦ Cuando era pequeña solía llevar sus pies hasta sus hombros por que a su padre le parecía curioso y le aplaudía, ya sabes, cuando eres muy niño siempre quieres caer en gracia. Algo así.

✦ Tuvo una pequeña ave llamada Hamlet, era su mejor amigo.

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Pues me cansé de escribir, pero me divertí bastante, hace demasiado tiempo que no hacía una ficha tan completa XD
También es la primera vez que aplico para un grupo de este tipo, espero todo esté en orden ;0; <33 -rueda-

Si lo leíste todo, muchas gracias y lo siento por mi pésima narración :'D

Description

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【 G E N E R A L 】

✦ Nombre ✦

Cecile Collingwood.

✦ Edad ✦

14 años.

✦ Cumpleaños ✦

11 de Agosto.

✦ Género ✦

Femenino.

✦ Peso ✦

55kg.

✦ Altura ✦

1.58 m.

✦ Particularidad ✦

Síndrome de Elhers-Danlos.

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【 T R A B A J O 】

✦ Vocación ✦

Exhibicionista, aspirante a acróbata.

✦ Habilidad ✦

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✦ Stats ✦

✧ Fuerza: 0
✧ Resistencia: 0
✧ Equilibrio: 1
✧ Flexibilidad: 4
✧ Coordinación: 1
✧ Carisma: 3
✧ Originalidad: 1

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【 P E R S O N A L I D A D 】

¡Oh, Cecile!

Ella es una chica apasionada en cuanto emociones se refiere, más sumando que ha entrado en la adolescencia, la hace ser un poco más… efusiva de lo normal. Sin embargo, la etiqueta de ser como “Un libro abierto” le cae como anillo al dedo, ¿Por qué? Bueno, una de las razones es que ya es suficiente el intentar esconder aquellos moretones y marcas como para todavía ocultar el cómo se siente, lo cual desencadena un montón de actitudes en ella. La primera es que suele ser bastante directa, tanto para lo que le agrada como para lo que le desagrada, más no de una forma grosera o sin escrúpulos, ya que piensa que “Con la misma vara que midas, serás medido”, lo cual significa que según trates a las personas, así serás tratado. Por lo tanto valora mucho el respeto y se puede decir que es alguien amable e imparcial.

Bueno, siguiendo el hilo que llevábamos, podemos concluir que fácilmente podrás descifrar su estado de ánimo, por ejemplo al estar nerviosa, ansiosa, molesta o decaída se le nota a kilómetros en el rostro por el ceño fruncido y los labios arqueados hacia abajo que suele poner, es muy expresiva con su rostro. Aunque ahora que hablamos de este tipo de sentimientos o pesares, es su sentido de inutilidad lo que la hace caer en esos pensamientos, si bien algunas veces puede amanecer de lo más positiva y motivada a vivir con su “defecto”, otras veces por no decir que la mayoría, la realidad la golpea en la cara y se frustra fácilmente por no hacer cosas tan sencillas sin terminar lastimando su piel o siquiera poder caminar con normalidad.

Como segundo, debido a su condición parece que toda la energía que ha acumulado ha ido a parar a su boca, en serio le cuesta callarse horrores, hasta el punto de que se queda hablando sola algunas veces. Sí, es parlanchina de más pero… ¿Qué más debería hacer para entretenerse, cuando incluso para moverse normalmente terminará dislocándose un hueso, eh? De igual forma sabe que esto puede ser molesto para otros, por eso ha intentado controlarse un p‑… A quien engañamos, simplemente no puede, necesita del ruido para no sentirse incómoda, sin embargo esto no quiere decir que no sea constante o disciplinada, lo es y mucho.

Ahora, refiriéndonos al campo del adiestramiento académico o cultural, es alguien un poco…ignorante, y es que bueno, no sabe leer ni escribir, por eso si alguien le afirma que lo que le está diciendo proviene de algún libro, aceptará sin chistar esa nueva verdad, la niña en serio es crédula . Pero no intentes engañarla, que si se entera, difícilmente volverá a confiar en ti, además que te ganarás su odio como un extra, porque ¡Odia quedar como tonta…Aunque lo sea!

A pesar de todo, le ve varias cosas buenas a la vida, muy a su modo pero lo hace, también es muy abierta a conseguir amigos, le encanta ser sociable y llamar la atención de los demás de forma positiva.

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【 B I O G R A F Í A 】

Bernard Collingwood y Adeline Fairchild eran jóvenes, si, jóvenes y tontos como todos a cierta edad, lamentablemente esa combinación hizo que ambos muchachos no supieran esperar y terminaran acarreándose un mar de responsabilidades ¿Cómo qué? ¡Hasta la pregunta es tonta! Claramente esa nueva responsabilidad sería la pequeña a la que le regalarían el nombre de Cecile.

Debido a que las relaciones fuera del matrimonio en aquella época eran demasiado mal vistas, por no decir que era atraer como un imán los malos tratos y chismes de la muchedumbre, ellos no fueron la excepción. La familia de ambos jóvenes incluso se desafanaron por completo, prácticamente se les había dado la espalda y dejado a su suerte… ¿Pero es que cómo iban a aceptar que los apellidos de tan alta estima se vieran manchados en tan sólo “una noche de esas”? En verdad debieron habérselo pensado mejor, después de todo estaban a meses de casarse.

La gente del pueblo simplemente se negaba a venderles o incluso a contratar a Bernard que buscaba trabajo desesperadamente. Obviamente todo era una artimaña del señor Abadie Collingwood, su padre, un muy respetado mercader en ese lugar. ¿Por qué lo hacía?, ¿Qué acaso no era suficiente el que no le brindara ninguna ayuda económica a aquel hijo inútil y acomodado? ¡No! ¡Debía aprender la lección y que le calara hasta los huesos¡,¡¿Cómo iba a ayudar a aquél que había engendrado un bastardo?!...eso aparentemente era su pensar.

La situación anterior los llevó a un punto en el que no pudieron soportar la presión de la sociedad y mucho menos la vergüenza y miseria en la que llegaron a estar. Ambos, Bernard y la joven de unos dos meses de embarazo, Adeline, decidieron emprender un viaje realmente… ¿Peligroso, sofocante, difícil o de salvación? Bien, quizás todas las anteriores, era necesario. Pero bueno, el padre de Cecile se las arregló para convencer a uno de lo que antes era su servidor y conseguir una carreta bastante sencilla y vieja. ¡Por primera vez en todo ese tiempo la suerte volvía a sonreírle a él, a su amada… y a Cecile también, después de todo también iba implicada! ¿No?

La travesía fue un poco larga y con dificultades de por medio, pero era obvio, después de todo estaban casi recorriendo un cuarto del territorio de Londres en no necesariamente las mejores condiciones, por suerte en ese lapso no hubo ninguna dificultad en el embarazo, Cecile estaba a salvo...al menos por ahora. Debían comenzar de nuevo en aquel puerto llamado Rotherhithe, uno de los más importantes de la época y el futuro hogar de la pequeña al menos por 14 años. Y así fue, la necesidad hace actuar al hombre y por lo tanto su padre aprendió lo que parecía ser el negocio de la pesca, debían tener dinero seguro para conseguir una partera, que no faltaba demasiado para que el bebé viera la luz por primera vez.

Sin embargo, al fin después de un corto periodo, lo que parecía ser un 11 de Agosto de 1866 la pequeña decidió que estaba lista para conocer el mundo. La pareja a pesar de todo lo que habían vivido estaban más que feliz con lo aparentemente sana y normal que había nacido, vaya que los primeros meses fueron miel sobre hojuelas, ya había una ligera estabilidad económica, tenían un muy pequeño hogar donde crecería segura y el ambiente en el que se desarrollaría parecía de lo más perfecto, ya sabes, “El puerto de las oportunidades”. Más todo pareció caer en picada cuando llegó la etapa en la que Cecile debía comenzar a dar sus primeros pasos. Si, al principio pensaron que todo era normal ¿No? Los bebés siempre se caen cuando comienzan, los bebés aún deben tener débiles sus músculos, los bebés tienen la piel delicada, cualquier cosa debe dejarles marca, los bebés siempre están llorando… ¡Pero por Dios! Ella ya iba a ir para el año y medio “practicando”, eso no era para nada normal, definitivamente Cecile no era normal y esto claramente no los preocupó hasta que los síntomas fueron más notables y la pequeña ya no tan pequeña quería ser cargada para todos lados, de verdad no podía caminar demasiado sin que terminara llorando a mares ¿Era acaso un capricho o una niña demasiado mimada y por eso terminaba tirándose al suelo? Por supuesto que no, al fin parte de su situación fue expuesta cuando comenzó expresarse de una forma más adecuada, cuando comenzó a quejarse “Mamá, me duele mucho”, “Papá, ¿Qué es eso de ahí? No veo”, “Papá, me salió otra marca”, “¡¡Mamá, algo aquí se salió de su lugar, duele!!”…imagina a una Cecile de tan solo 6 años diciendo eso último entre sollozos, berridos y apuntando lo que sería un brazo dislocado por tan sólo golpearse torpemente contra la cama.

Definitivamente Bernard comenzó a sospechar un poco, pues su hija presentaba varios síntomas que la mismísima abuela llegó a desarrollar cuando aún estaba viva, ¿Cómo olvidar la imagen de su madre todo el tiempo postrada en cama?, ¿Era ese el futuro de su hija también? Por suerte este síndrome hereditario no golpeó tan severamente en el cuerpo de la niña, más no podemos asegurar que estaba del todo a salvo… ¡A menos que su padre intentara encerrarla en una burbuja de sobreprotección!. Claramente Adeline no estaba de acuerdo pero tampoco iba a oponerse a los deseos de su esposo, no quería que al final él terminara culpándola por no haber sabido cuidar a su pequeño “tesoro” cuando salía a ganarse el pan.

¡Oh pobre Cecile, mira que verse encerrada hasta el punto que ya sabía cuántas hendiduras tenía la madera del techo!.. Era una vida aburrida, tan vacía hasta cierto punto, no con esto queremos decir que su vida era infeliz, ya se había acostumbrado y obviamente estaba contenta de ayudar a su madre en el hogar con lo poco que podía, jugar con su ave Hamlet y su padre cuando volvía de pescar, pero como todo ser humano siempre somos avariciosos, siempre queremos más y Cecile no era la excepción…“Papá, déjame ayudar a mi madre en el mercado, vendiendo en el puesto”, ese fue su deseo expreso al cumplir apenas los trece años, más un rotundo NO fue la respuesta obtenida, sin embargo ¿Has escuchado el dicho “El que persevera alcanza”? Ella y su madre no desistieron pues rogaron y rogaron por un año entero hasta el punto de llegar a un acuerdo, ¿La condición? Simple pero difícil de cumplir: “A la primera marca que te encuentre o un pequeño raspón en tu piel, olvídate de salir de estas cuatro paredes una vez más”, la felicidad de Cecile y su madre era indescriptible “Puedo hacerlo, soy cuidadosa, ¡Puedo hacerlo!”, contestó con efusividad… jamás había sonreído así desde que su padre le regalo el ave en su cumpleaños número doce.

Más esa felicidad no duró demasiado. Al mes de llevar una rutina extremadamente cautelosa y cuidadosa, cómo el no levantarse ni un solo centímetro del banquillo donde cobraba el dinero de las ventas, esperar a que los lugares concurridos se despejasen así se le hiciera noche para llevar los desperdicios al muelle o volver a casa con su madre por el camino más solitario y largo sacrificando aquellos piececitos, unos simples niños lo echaron a perder.

Cierta mañana, a unas cuantas ventas más de cerrar el puesto, el hambre invadió el estómago de ambas mujeres, por lo que Cecile enternecida de ver el duro esfuerzo de su madre y el cansancio en sus ojos, decidió ofrecerse para ir por un poco de pan, si, a aquella panadería que lograba divisarse desde el lugar en el que estaban, no corría peligro ¿Verdad?, yo no diría precisamente eso. A unos cuantos pasos de poder entrar, él típico grupito de preadolescentes malosos, ya estaba esperando a la joven, desde hace unos cuantos días la tenían en la mira… “La coja, la borracha, la niña defectuosa” esos fueron los primeros gritos que logró escuchar antes de ser bruscamente empujada al suelo y obtener un gran gemido de dolor como respuesta instantánea. La gente del lugar si bien ya conocían a Cecile tampoco la miraban con buenos ojos, ¿Qué acaso pensaban que era contagiosa?¿Nadie iba a detener a los muchachos que salieron corriendo? ¡Qué ignorancia y cuanta falta de empatía para alguien que no dejaba de retorcerse de dolor en el suelo!, ¡Ese hombro claramente no estaba en su lugar!...Pff lamentablemente su madre notó el murmullo y alboroto algo tarde, pues estaba ocupada atendiendo a un cliente, sino fuera por aquél panadero que se tentó el corazón y la tomó en sus brazos hasta llevarla a ella, es probable que hubiera estado en el suelo otro rato más.

El día se hizo tarde noche. ¿Qué harían Cecile y Adeline cuando Bernard volviera a casa y viera a su pequeña con un patético vendaje típico de la época?, la verdadera pregunta es ¿Qué haría él? Claramente haría más que echarle en cara. Si, hizo más que echárselos en cara, ambos terminaron discutieron por varias horas mientras que Cecile fue a esconderse a su habitación, jamás lo había visto tan furioso. Ella sólo podía escuchar los gritos de sus padres a través de la puerta en donde uno sólo reclamaba y el otro pedía perdón sin olvidar el justificarse. Pero la paciencia del señor fue poca, en un arranque de cólera hacia su mujer no dudó en darle un buen golpe en el rostro y unos cuantos más en el estómago…Vaya ¿Dónde había quedado esa imagen del buen padre que era? Sin duda los humanos somos imperfectos, estúpidos y con un juicio que fácilmente se ve nublado cuando tenemos miedo… ah, esto no sólo lo menciono por el padre, también por la joven que estaba entrando en pánico ya que su burbuja, esa donde se sentía segura, se había reventado.

¡Debía salir de ahí en cuanto antes!... ¿Realmente conocía a su padre? En ese estado jamás, por eso pensó que si así había tratado a la mujer de sus ojos, aquella con la que había decidido compartir el resto de su vida ¿Qué le haría a ella que sólo llegó a causar problemas y dolencias?... ¿Su salvación?, la ventana de su habitación, ¿Pero a dónde iría?, ¿Cómo saldría sin ser encontrada? Otra vez, “la respuesta estaba frente a sus ojos”, o algo le hacía creer que lo que buscaba era adentrarse al bosque.

Saltó, algo que la hizo caer nuevamente, más el ruido de adentro no dejó que se escuchara el estruendo. Con un hombro lastimado y unas piernas inservibles dio lo mejor de sí para llegar a él, cómo si algo desde el fondo le animara y le dijera “¡Ve, ven aquí!, ¡Corre, Cecile, más rápido o serás encontrada!”, de algún modo era curioso el empeño que ponía…lamentablemente su resistencia era nula y después de un buen rato de caminar, sintió que su corazón era una bomba a punto de estallar, más una lucecita blanca era su esperanza… “¿Estoy muerta?” fue lo primero que pensó con una sonrisa agotada. No lo dudó ni un segundo más, acercándose hasta que se encontró con una sorprendente carpa, “Esto es absurdo” susurró, ¿Pero entonces por qué estás dando un paso dentro?

Una silla, el perfecto lugar para desplomarse estaba frente a ella, le estaba rogando que se sentara. Si, también había notado la presencia de cierto joven, pero ahora mismo su mayor prioridad no era hablar, lo cual era muy extraño aparte del hecho de que no la corriera del lugar, al contrario, parecía que aquel sujeto esperaba a que ella se sentara como acababa de hacer. “¿Un papel y una pluma? Pero yo no sé escr—” Estuvo a punto de decir, pero no salía sonido alguno de su boca…como si de un sorprendente acto de magia se tratara, la chica que no tenía mucho que dar ya había escrito en letras grandes y con una terrible caligrafía “Cecile C.”, claramente estaba atónita, eso le había demostrado más que claro que algo extraño ocurría, más sin embargo ese pensamiento pasajero se vio interrumpido cuando el agotamiento y una ligera somnolencia la hicieron dormir.

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【 I N T E R E S E S 】

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✔ La música, en serio la adora.
✔ Le gusta ver bailar a la gente, de no ser por su enfermedad seguramente lo haría seguido.
✔ Ama las flores, se le hacen tan frágiles y delicadas, además de que huelen realmente bien.
✔ El color vino.
✔ Escuchar historias, sobre todo si se las cuenta una persona mayor.
✔ Que le presten verdadera atención cuando habla.
✔ Le gusta ser autosuficiente o al menos intentarlo.
✔ Que le peinen el cabello.

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✘ Los olores fuertes.
✘ El pescado, por lo mismo de que huele demasiado y hasta cierto punto ya está harta de verlo.
✘ Sobreprotejerse, se le hace demasiado tedioso andarse cuidando, aún así lo hace.
✘ Caminar distancias demasiado largas, no por que sea floja sino que se le dificulta demasiado por su pie plano y suspiernas de espagueti.
✘ Odia el calor.
✘ La oscuridad, le aterra.
✘ Estar sola. De repente escucha cosas que ni al caso.
✘ Las manzanas.

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【 M I S E L Á N E O 】

✦ Sufre de una severa elasticidad en la piel y flexibilidad en las articulaciones.

✦ Tiene el pie plano, lo cual le ha ocasionado unas caídas realmente desastrozas.

✦ Sus piernas se curvean demasiado al caminar o estar de píe, por eso siempre intenta amacizarlas y termina cansandose de más.

✦ Está medio ciega, ve algo borroso sobre todo de su ojo derecho.

✦ Siempre le duelen los músculos, pero no suele quejarse.

✦ Cuando estaba con su madre solía ayudarle recibiendo el dinero en el puesto desde un banquito de madera algo viejo.

✦ Debido a que es joven suele malinterpretar las cosas seguido, sobre todo los actos de amabilidad.

✦ Camina como ciervito recién nacido la mayoría del tiempo , incluso cuando lleva ropa larga llega a parecer una persona coja, siempre va intentándose agarrar de las paredes, barriles, todo lo que se le atraviese.

✦ Cuando era pequeña solía llevar sus pies hasta sus hombros por que a su padre le parecía curioso y le aplaudía, ya sabes, cuando eres muy niño siempre quieres caer en gracia. Algo así.

✦ Tuvo una pequeña ave llamada Hamlet, era su mejor amigo.

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Pues me cansé de escribir, pero me divertí bastante, hace demasiado tiempo que no hacía una ficha tan completa XD
También es la primera vez que aplico para un grupo de este tipo, espero todo esté en orden ;0; <33 -rueda-

Si lo leíste todo, muchas gracias y lo siento por mi pésima narración :'D