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Published: 2016-05-11 15:50:20 +0000 UTC; Views: 246; Favourites: 2; Downloads: 0
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Description
Era un hermoso día de primavera en el bosque, los árboles lucían sus mantos verdosos con renovado esplendor, y un pequeño río fluía tranquilamente hasta dar a un manantial de aguas claras. Junto a la orilla, inclinada sobre el agua cristalina, se encontraba una joven elfa de tez moreno oscuro y largos cabellos esmeralda. El agua del manantial, como si de un espejo se tratase, le devolvía una mirada pensativa de ojos ambarinos y pupilas alargadas, una mirada inteligente que escondía un turbulento mar de sufrimiento en el interior.Con pasos lentos y sigilosos, un elfo de avanzada edad que parecía fundirse con los árboles se acercó a la reflexiva joven. Antes de que el recién llegado alcanzase la orilla, ella borró la expresión de sufrimiento de su mirada y se volvió para dirigirse al esbelto varón.
- Cada día tus pasos se vuelven más sigilosos, padre.
- Y poco a poco tus oídos se van adaptando a captar sonidos más tenues, estoy orgulloso de tu progreso - respondió su padre con una pequeña sonrisa.
El intercambio quebró la soledad de la elfa, cuya solemne expresión se desvaneció, reemplazada por un espíritu tranquilo acompañado de una fugaz sonrisa.
- Gracias - respondió ella inclinando la cabeza - espero estar preparada cuando llegue el momento.
- Estarás preparada, confío en ti - añadió el aludido, seguido de una breve pausa; su expresión se volvió repentinamente grave. - Kit, he venido a buscarte porque ha sucedido algo importante; deberíamos volver con los demás, te explicaré todo por el camino.
Así los dos se encaminaron a través de la frondosa vegetación, de vuelta a su hogar. Aceleraron el paso, ambos sigilosos como felinos, y el padre de Kit se dispuso a recapitular lo ocurrido hasta entonces.
En los últimos años Kit había seguido un riguroso entrenamiento bajo supervisión de Therón, su padre, con fin de prepararse para la guerra. Este, además de tutelar a su hija, era uno de los encargado de la protección de una pequeña colonia del bosque, hogar de su clan. Esta era la situación hasta esa misma mañana, cuando llegó un mensaje desde la ciudad del pacto. En la misiva se anunciaba con alegría el fin de las batallas y, en una nota más triste, se solicitaba toda la ayuda posible para rehabilitar el Reino de la Luz y sus maltrechos habitantes. La guerra había llegado a su fin, pero el sufrimiento de innumerables personas solo acababa de comenzar.
- Ahora ya sabes la situación, hija - terminó el elfo mientras se acercaban a su hogar. - ¿Por qué no retomas tus estudios de medicina? Las venerables sanadoras de nuestro clan partirán dentro de tres días para recorrer el reino prestando su ayuda donde sea necesaria. Te vendría muy bien Kit.
- Entiendo - contestó ella brevemente cuando su padre terminó de relatar los hechos. - Prometo considerar la propuesta - añadió, absuelta en sus propios pensamientos.
Llegaron al asentamiento cuando el sol se filtraba con luz anaranjada a través de los imponentes árboles que florecían a su alrededor. Al llegar a su casa, en lo alto de un enorme árbol, Kit se dispuso a preparar algo de comer, despidiéndose de Therón, quién se encaminó hacia los otros guardianes del bosque. Se quedó mirando la entrada largo rato, trazando con la mirada los delicados diseños tallados en la madera y vislumbrando el hermoso atardecer a través de la abertura. Terminó los preparativos de su escasa cena y fue a sentarse al aire libre en una rama cercana. Mientras mordisqueaba un pedazo de queso con pan, Kit se encontraba enfrascada en el paisaje, pensando en la propuesta de su padre.
***
La mañana siguiente llegó demasiado deprisa para gusto de la joven elfa, quien había llegado a una decisión la noche anterior. Se despertó con los primeros rayos de sol, vistiéndose con una blusa color crema holgada y pantalones oscuros que se ajustaban a su figura. Por encima de la camisa se ciñó un cinturón de cuero a la cintura, de donde prendían varios saquitos, y a la espalda se ajustó su largo arco junto con un estuche de flechas. Para concluir su rutina matinal, rodeó su rebelde pelo rizado con una elegante cinta formada por unas curiosas plantas color morado. Así, salió en busca de su padre para anunciarle la decisión que había tomado.
Encontró a Theron ayudando con los preparativos para la partida de las elfas sanadoras, y dudó un momento antes de redoblar su resolución, recopilando sus ideas antes de aproximarse al formidable elfo.
- Padre, ¿tienes un momento? He tomado una decisión. - Y antes de que pudiese responder, añadió - no voy a unirme a la misiva de ayuda. He estado entrenando todo este tiempo para poder combatir en la guerra, y ahora que todo ha terminado he decidido que no quiero seguir los pasos de las mujeres en nuestro clan. Voy a tomar mi propio camino e intentar encontrar mi sitio y mi destino. Partiré al mismo tiempo que las sanadoras, aunque seguiré otra ruta. - Tomó aire y continuó - no vas a poder convencerme a ir con ellas, he tomado mi decisión y espero que me apoyes.
- No entiendo nada, Kit. ¿Por qué nos vas a dejar a todos de lado? Después de lo que sucedió con tu madre has sido mi única felicidad, y ahora ¿quieres arrebatarme el último pedazo de su legado que me queda? - contestó su padre herido. - Pensé que por lo menos continuarías la obra de nuestro clan, pero ya veo que no te interesa.
En ese momento, una anciana de aspecto bastante frágil se dirigió a Therón acerca de los preparativos, y la discusión se dio por terminada.
***
Tres días más tarde, el clan entero se congregaba al borde del bosque alrededor del comité que se disponía a partir, compuesto por las elfas curanderas y varios elfos guardabosques que las acompañarían como guardaespaldas, entre ellos el padre de Kit. Ella también se encontraba entre los viajeros, aunque con un propósito bien distinto. Los dos habían pasado unos días tensos a causa de su última conversación; sin embargo, antes de partir Therón le dirigió unas pocas palabras a su hija.
- Kit, por favor perdóname - comenzó. - Te has convertido en una joven valiente y decidida, y me cuesta creer que ya no eres una niña. He intentado protegerte por miedo a perderte como perdí a tu madre, pero veo que eso ya no es necesario. Antes de separarnos, por favor toma esta daga. - Entregó a Kit una hermosa y antigua daga reluciente, con una piedra preciosa color esmeralda incrustada en el puño - perteneció a tu abuelo, y antes de él a su madre. Ha llegado el momento de entregarte tu legado, estoy muy orgulloso de ti hija. Ve con mi bendición, encuentra un camino justo, e intenta vivir con humildad. Son los últimos consejos que me quedan.
Después de una emotiva despedida de parte del clan, el grupo se dirigió hacia el exterior del bosque en una dirección, mientras Kit se encaminó por el camino opuesto en busca de su propósito y nuevas aventuras.
***
Tras varios días atravesando el reino hacia el sur, viajando de noche y durmiendo por el día, Kit se encontraba dudando su decisión, caminando entre un bosque de sauces, cuando una sensación de anticipación se apoderó de su corazón. Acababa de llegar a un extraño claro iluminado por la luz de una luna llena enorme, en cuyo centro exacto se encontraba un pequeño cerezo en flor, custodiado por una diminuta figura alada. Cuando el pequeño espíritu del bosque se acercó a Kit bailoteando, esta se dio cuenta que era en realidad una graciosa hada de alas doradas y expresión agradable. Su presencia tuvo un inmediato efecto de calma en la curiosa elfa, y en su cara se dibujó una sonrisa bobalicona.
Al concluir su baile, el diminuto ser produjo una esfera de luz dorada que aumentó en tamaño hasta que estalló en el aire iluminando todavía más el pequeño claro. Kit cogió al vuelo un elegante sobre con el sello de la princesa Simariel por detrás. Acto seguido, el hada dio un par de volteretas aéreas y se esfumó en la noche, dejando a Kit fascinada.
***
La noche siguiente al incidente, se encaminó en la dirección opuesta, hacia la ciudad de Doran y más adelante hasta llegar a Arcania, donde un nuevo destino aguarda a Kit.
***
Su viaje transcurrió sin incidentes hasta la ciudad de Doran, donde Kit se sintió completamente perdida. Nunca había visto nada parecido, pues en toda su vida no había salido del bosque, y la ciudad, a la luz de la luna, le pareció totalmente aterradora. Por ese motivo no se rezagó más y continuó en dirección este hasta el punto señalado en el mapa adjuntado con la carta de Simariel.
Kit había leído la carta una y otra vez, memorizando lo que debía hacer, pero no por eso fue más fácil zambullirse en el agua oscura de la pequeña laguna, contener la respiración hasta el final del túnel, y salir empapada al suelo de una cueva fría y húmeda. Cuando llegase a Arcania tendría que hablar con la princesa elfa del asunto, pues se encontraba helada en una peligrosa cueva con la blusa chorreante pegada a su moreno cuerpo, desvelando más de lo apropiado.
Con el pelo desordenado y la blusa traicionera, Kit salió de la cueva para presenciar un espectáculo enmudecedor. Una plaza enorme se abría ante la atónita joven, atestada de tiendas rebosantes de personas gravemente heridas. Al ser parte de un clan dedicado a la curación, Kit había visto muchos enfermos en su vida, pero nunca tantos en un mismo sitio. Su corazón dio un vuelco, y se apresuró por el camino de la derecha, que debería conducirla hasta La Corte de los Milagros.
Cuando por fin llegó al sitio indicado, se acercó ruborizada a un guardia robusto, quien de indicó el camino a seguir dirigiéndose a su mojado busto en vez de a la cara. Al darse la vuelta, el guardia hizo un último comentario:
- ¡Preciosa blusa, morena! - Dijo con tono burlón - vuelve por aquí cuando salgas de la corte, y podemos pasar un buen rato juntos, orejitas.
Kit se dio la vuelta de nuevo y le propinó al guardia un fuerte puñetazo en la cara desequilibrándole, seguido de un empujoncito bien sincronizado que le hizo caer de bruces al suelo.
- Ni se te ocurra volver a mencionar mis orejas, o hacer un comentario obsceno en mi presencia - amenazó lentamente Kit.
Se dio la vuelta una última vez y con paso firme se dirigió a La Corte de los Milagros a través del Bosque de los Susurros, en busca de su destino.
Comments: 8
Reigkye [2016-09-05 07:28:04 +0000 UTC]
Jajajaja menudo carácter, el guardia no sabe dónde se mete xDD
Con un elegante retraso de casi 3 meses pero mejor tarde que nunca, ¡¡bienvenida a la ciudad del Pacto!! ^^
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NorthUrso [2016-05-15 15:32:22 +0000 UTC]
Vaya relato de presentación, anda a tope el pacto de Arcania.
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Mrs-KoolAiD In reply to NorthUrso [2016-05-15 15:41:44 +0000 UTC]
n_n ¿te gustó? Es el primer relato tan largo que escribo en bastante tiempo.
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NorthUrso In reply to Mrs-KoolAiD [2016-05-15 18:05:37 +0000 UTC]
Me gusta como describes el mundo que rodea a los personajes ^^.
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Kastarnia [2016-05-11 16:46:14 +0000 UTC]
Dios, lo último xDDDDDDDD Veo al otro guardia riendose mucho.
¡Todo perfecto! Te dejo el puntito de recompensa +1 y ahora ya puedes hacerte cuenta en el foro (que ahí hacemos algunos roleos, sobre todo de pruebas de nivel).
Y misiones por ahora encontrarás aquí: el-pacto-de-arcania.deviantart…
Si tienes alguna duda, o te interese participar en algo en concreto, pregunta todo lo que quieras.
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Mrs-KoolAiD In reply to Kastarnia [2016-05-11 17:07:08 +0000 UTC]
Jeje (; quede bien claro desde el principio que Kit no se anda con tonterías XD
¿Dónde está el foro?
¡Bieeeeen! n_n
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Kastarnia In reply to Mrs-KoolAiD [2016-05-11 18:01:51 +0000 UTC]
Me parece correcto.
pactodearcania.foroactivo.com/ aquí está el foro.
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